No es mi intención escribir un artículo hagiográfico pero será difícil dadas las múltiples cualidades que identifican la personalidad de Mario en sus distintos ámbitos, político, académico y en su condición de profesional del derecho.

Como político y en unos tiempos en que la política es prácticamente plana en todo el planeta, la política líquida a la que se refería Joel E. Cohen, Mario Fernández constituía la quintaesencia de la política sólida. Sus planteamientos políticos se basaban en un axioma, no hay problemas complejos, solo hay personas incapaces de diagnosticarlos y encontrar soluciones adecuadas.

Todavía se recuerda su debate televisivo con Martín Villa en el que acreditó la manifiesta ignorancia política y jurídica de quien en aquel gobierno de UCD capitaneaba la construcción del Estado Autonómico. Mario tuvo que ejercer más como profesor que como debatiente obligando al moderador a leer en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía lo que Martín Villa ignoraba, la existencia de competencias exclusivas, de desarrollo legislativo y ejecución y exclusivamente de ejecución, por no hablar del contenido material de dichas competencias que el representante del Gobierno español ni olfateaba.

Este debate trascendió del espacio mediático y llegó al simbólico acreditando para muchos ciudadanos la mayor solidez de los políticos vascos en general sobre los españoles.

Mario Fernández compartió y de facto lideró un gobierno difícilmente repetible con departamentos encabezados por personas como Pedro Miguel Etxenike, Jose Luis Robles, Javier García Egocheaga, Carlos Blasco, Félix Ormazabal y otros de similar brillo, todos bajo la presidencia de Carlos Garaikoetxea.

Mario Fernández no solo compartió gobierno con personalidades de gran altura política. Físicamente constituyó la sede del Gobierno vasco en Lakua en colaboración con Emilio Guevara. Aquel edificio estaba destinado a ser un geriátrico en un barrio que hoy está muy urbanizado pero que entonces era un barrizal al que había que entrar con botas de agua y trabajar sobre quirófanos y otras estructuras destinadas a las personas mayores y de movilidad reducida. Esta operación posibilitó concentrar todos los departamentos del incipiente Gobierno vasco en una única sede dignificándolo e identificándolo, puesto que hasta ese momento los departamentos estaban dispersos en distintos hoteles.

Mario Fernández, In Memoriam

Le conocí a Mario primero como alumno. Sus clases de Derecho Mercantil son difíciles de olvidar puesto que su capacidad de síntesis y pedagógica nos aclararon los abstractos conceptos de este sector del ordenamiento jurídico. No hacía falta estudiar para el examen final, ya que bastaba con acudir a sus clases para superarlo.

Posteriormente compartimos claustro de la Facultad de Derecho en el que sus intervenciones eran tan contundentes que no admitían réplica. Se recuerdan todavía sus debates en este claustro con Adrián Celaya, Ricardo de Ángel y el propio decano.

Me reclamó para trabajar con él el día siguiente de licenciarme. No tenía ni un traje con el que acudir a lo que pretendía ser una entrevista y se transformó en la entrega de un voluminoso número de expedientes que había que resolver esa misma semana; esta era su contundencia.

Como consejero de Trabajo tuvo que gestionar la reconversión industrial. La caída como un castillo de naipes de empresas como Euskalduna, Altos Hornos, Aceros de Llodio y cientos de pequeñas y medianas empresas nutrientes de estas grandes factorías. Mario demostró dos cosas en este contexto: capacidad de negociación en momentos de gran conflictividad laboral y de transformación de nuestra estructura económica a través de la innovación en nuevas tecnologías recepcionando las soluciones de otros países que también sufrían la caída de las industrias maduras. Contó en esta actividad con la colaboración de personas como Jon Azua y otros conocedores de cómo se puede acometer una reconversión industrial menos traumática.

Como consejero de Trabajo y utilizando la política de empleo como resistencia a la grave situación económica coyuntural se le puede considerar como el creador de las que se denominan hoy políticas activas de empleo: una formación profesional ajustada a las necesidades del mercado; un diseño de la política económica destinada al empleo y a través de subvenciones y planes como el Fondo de Obras Municipales contra el Paro que constituyeron las escasas políticas activas y pasivas que el Gobierno vasco podía gestionar.

Simultaneaba las actividades propias del Departamento de Trabajo y la prolija legislación propuesta al Parlamento Vasco con ser la persona que negociaba las transferencias de las competencias previstas en el Estatuto de Autonomía con la Administración del Estado. También fue notable su éxito en este ámbito. Más de la mitad de las competencias que actualmente gestiona el Gobierno vasco las negoció él, primero personalmente y luego a través de la Comisión Mixta de Transferencias, cuyo trabajo ya venía madurado por sus gestiones. Esta circunstancia le convirtió en vicelehendakari con competencias prácticamente plenipotenciarias. El desarrollo estatutario obligó a una permanente conflictividad con el Tribunal Constitucional encargado de erosionar y anular el contenido esencial del Pacto en que consiste el Estatuto de Autonomía (entre otras cosas este Tribunal siempre ha pretendido amortizar los derechos históricos a los que los vascos no hemos renunciado encajonándolos en el perímetro de la Constitución española).

En el ámbito financiero Mario Fernández participó en la creación del BBVA. Su experiencia legal en el complejo sector financiero fue determinante para que en 2009 fuera elegido por el PNV para sustituir a Xabier de Irala al frente de BBK.

La fusión de las cajas vascas no fue fácil. En Euskadi, y no solo en el ámbito de las entidades financieras, existe una prevención de las correspondientes en Gipuzkoa y Araba, que en ocasiones observan con recelo la dimensión demográfica y económica de Bizkaia. Mario supo explicar que en el ámbito financiero la concentración es imprescindible para evitar la absorción por entidades financieras más poderosas.

Hay que mencionar la ley 26/2013, de 27 de diciembre, de cajas de ahorros y fundaciones bancarias, cuya pretensión era bancarizar las cajas de ahorros. Kutxabank, el banco fruto de la integración de las tres cajas de ahorro vascas inicia su andadura el lunes, 2 de enero de 2012, un año antes de la ley citada y nació con 75.729 millones de euros en activos, lo que le situó como la cuarta caja y la novena entidad financiera del sistema bancario del Estado español.

En el contexto anterior Mario Fernández consiguió la cuadratura del círculo, mantener la esencia histórica de las Cajas vascas y particularmente su arraigo a nuestro territorio. También aquí tuvo que abonar contraprestaciones, la absorción de Caja Sur fue esta contraprestación, aunque el Banco de España usó como coartada que la adjudicación de la caja cordobesa a la Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) se debía a que habían solicitado al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el organismo encargado de venta, 392 millones de euros, no hizo referencia a la situación financiera calamitosa de dicha Caja.

Desde una perspectiva más humana y que acredita el carácter minucioso de Mario, obraban en su poder unos cuadernos en los que consignaba los favores arbitrales al Real Madrid y casi en forma de algoritmo cómo gracias a ellos había ganado varias ligas, este era Mario Fernández.

Goian bego.

Jurista