CUANDO se conmemoran 37 años del nacimiento de Eusko Alkartasuna creemos necesaria una reflexión política seria y profunda, ya que los principios fundacionales de nuestro partido continúan hoy siendo objetivos pendientes, sin una apuesta política clara que los defienda con la ambición que la situación de la Euskal Herria actual requiere. Estos principios, estrechamente interrelacionados, fueron y son: el respeto a todos los derechos humanos para todas las personas, la justicia social a la que aspira la socialdemocracia, y la independencia de nuestro país, reconociendo nuestro derecho a la autodeterminación.

Así EA tiene como objetivo fundamental la independencia de Euskal Herria, ya que la articulación de un estado propio es la única fórmula jurídico-política que salvaguarda y garantiza la dignidad y personalidad de un país. Dignidad y personalidad que están por encima de las conveniencias coyunturales y de las dificultades de todo tipo que pudiera generar el dar pasos con determinación para la constitución de un estado vasco independiente.

Somos conscientes de las dificultades de todo orden, económico, político y social, que conlleva la articulación de ese estado vasco independiente y estamos dispuestos a asumirlas y a buscar soluciones para que la ciudadanía vasca tenga garantizadas en ese proceso las mayores cuotas de bienestar y de justicia social. Y en este sentido, consideramos necesaria una profunda reflexión sobre la oferta política que se está enviando al País, a la sociedad vasca por parte del conjunto de las formaciones políticas abertzales. Desde EA y en orden a su fundación, tenemos que mostrar nuestra preocupación por cómo está menguando la conciencia nacional de este país, fruto en cierta medida de las actuaciones y la acción política e institucional de las formaciones políticas vascas.

En primer lugar, consideramos tremendamente negativo en este camino el poner el foco principal de la acción política en Madrid, de manera que se está trasladando de forma nítida que es a través de un Estado como el Estado Español y la participación en sus instituciones, llegando a acuerdos en determinadas áreas, como realmente se pueden garantizar los derechos y el bienestar de la ciudadanía vasca y el conjunto del País, cuando son precisamente esas estructuras del Estado las que niegan a nuestro País un derecho básico fundamental como es el derecho a la autodeterminación, el derecho a decidir. 

Por lo tanto, la ambición por poder ser un elemento de cierto protagonismo en el día a día de las políticas del Congreso y del Senado españoles no debe llevarnos a obviar que tiene unas consecuencias directas en la normalización de la situación de sometimiento de la soberanía vasca al Estado Español; asimismo se desvincula la lucha por la emancipación nacional de la acción política de los partidos abertzales. Y esto tiene unas consecuencias que debemos mesurar y valorar en toda su profundidad y gravedad.

Desde EA siempre hemos cuestionado las estructuras del Estado entendiendo que son unas estructuras opresoras que limitan la soberanía que como pueblo nos corresponde. Por ello históricamente nuestra opción política ha sido siempre la participación, pero una participación crítica, dejando bien claro en todo momento y en toda actuación, que no reconocemos ese marco, ni le damos validez. Hasta tal punto que nunca en su andadura institucional en el Congreso de los Diputados español y con gobiernos tanto del PP como del PSOE, EA hemos avalado con voto favorable unos presupuestos, porque en ellos, se quiera o no, se pretenda matizar o justificar o no, lo que se está apoyando es toda una articulación económica, social y política basada en la imposición de la soberanía española sobre la soberanía vasca. La invasión competencial que algunas formaciones que ya han apreciado en la Ley de Vivienda también es un claro ejemplo de que las decisiones que se toman en Madrid, fuera de nuestras fronteras, afectan a nuestro derecho a decidir en temas tan transcendentales como el derecho a la vivienda. Todo esto tiene unas consecuencias negativas para nuestro país y desde EA creemos que se debe plantear su reorientación.

En segundo lugar, vemos la ausencia de una oferta política. Desde el independentismo vasco y una vez asumido con mayor o menor naturalidad el error histórico de nefastas consecuencias humanas y políticas que para el nacionalismo vasco supuso la acción armada de ETA y desde la más rotunda condena de toda actividad violenta, provenga del Estado o de la propia ETA, en estos momentos el nacionalismo tiene que repensar su oferta política al país en clave de emancipación y de buscar una solución nacional. Muchos sectores están ya mostrando su preocupación porque desde los ámbitos supuestamente más radicales del abertzalismo se está priorizando una lid o una confrontación interna con el PNV, más que poner en primer orden de prioridad el objetivo político de articular nuestro país, en el cual, tenemos que contar con todas las formaciones y sensibilidades políticas y sociales abertzales existentes para poder hacer mayoritaria la propuesta política soberanista.

Y en este camino es fundamental que la propuesta política se centre en y para Euskal Herria, dado que cuando se aspira a modificar el estatus jurídico-politico que garantice la salvaguarda de nuestro derecho democrático a decidir desde las instituciones de Madrid, se está asumiendo velada o directamente que esto no va a suceder nunca, porque sabemos que ningún partido de ámbito estatal, sea el PP o el PSOE, por muchos votos que necesite, va a permitir ciertamente nada que no sea un mero maquillaje pseudo democrático dentro de la España de las autonomías.

Por mor del ruido de sables sabemos cómo en la inacabada transición se limitaron de una manera sustancial las aspiraciones democráticas y soberanistas en el conjunto del Estado, asimismo sabemos que el efecto inmediato del “tejerazo” fue la LOAPA que supuso un paso atrás en la consideración de las naciones que conforman en estos momentos el Estado español. Y la existencia y pervivencia de VOX y la ultraderecha mucho nos tememos que se está utilizando como argumento ventajista para impedir el debate real y profundo que necesita el país.

En definitiva, aquellos que nos mantenemos fieles a los principios fundacionales de Eusko Alkartasuna, nuestro Partido nacido hace 37 años con la vocación de ser un instrumento al servicio de la emancipación nacional de Euskal Herria y en la consecución  del derecho a la autodeterminación que nos corresponde como país, consideramos que ha llegado el momento de hacer una profunda lectura crítica de las estrategias políticas llevadas a cabo por los diferentes partidos abertzales con representación institucional. Debemos conjuntamente de la mano de todas las sensibilidades políticas comprometidas con la democracia y con la superación del marco de imposición y sumisión que establece Madrid para poder ofrecer un planteamiento político  que pueda ser asumido y que tenga la aquiescencia de una gran mayoría de nuestra sociedad. De lo contrario seguiremos jugando a pequeña y por mucho gozo que pueda dar a sectores que hasta hace no demasiado tiempo estaban inscritos en la clandestinidad el ser considerados interlocutores válidos en las moquetas madrileñas, para las y los abertzales lo importante debe ser la conciencia nacional y la articulación de una estrategia que permita la superación de los actuales marcos. La clave es centrar el foco en Euskal Herria, exhibir las contradicciones de una articulación del Estado español que somete la voluntad de la ciudadanía vasca y no garantiza su dignidad y su personalidad y trabajar desde el País, para el País y junto con las diferentes sensibilidades de las gentes del País.

Los hombres y mujeres de Eusko Alkartasuna seguiremos apostando por esa acción política que lleve a nuestros objetivos fundacionales. Llevamos 37 años haciéndolo y nuestra apuesta sigue siendo inequívoca. 

Zorionak alderdikide guztioi!

Firman también Miren Aranoa, Mikel Goenaga y Esther Korres