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Un conflicto que dura ya demasiado

eSTE 2018 se conmemora el vigésimo quinto aniversario de los Acuerdos de Oslo de 1993, cuando se estuvo más cerca de solucionar el problema palestino, con itinerarios de ruta y plazos concretos de ejecución. Desde entonces, han acaecido sucesos como la segunda intifada del año 2000, la invasión de Irak en el año 2003, la crisis de Siria con su guerra civil a partir de 2011 y el auge del Estado Islámico (EI) a partir de 2014, que han postergado la cuestión palestina de las agendas de los principales líderes mundiales. Hoy en día, con un gobierno estable en Irak, desaparecido y derrotado el EI, y controlado y casi apagado el fuego de Siria, parecería que ha llegado el momento de retomar el conflicto palestino de cara a una solución definitiva de este contencioso con la solución de dos estados, fórmula de aceptación general.

En las primeras semanas de este año, Donald Trump situó el problema palestino en las primeras páginas de los noticieros mundiales, al reconocer a Jerusalén como capital del Estado de Israel, alterando un status quo que todos su predecesores en el cargo respetaron.

En octubre del año pasado, Egipto había auspiciado un acuerdo de unidad entre las dos principales partidos palestinos, Al Fatah y Hamas, consiguiendo que Hamas transfiriera el gobierno de la Franja de Gaza. después de una década, a la Autoridad Palestina, lo que reunía a Gaza y Cisjordania bajo la figura del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás. También a finales de año pasado, el presidente de la Autoridad Palestina realizó un viaje por las principales capitales europeas, entre ellas Madrid, para forzar el reconocimiento europeo de Palestina como Estado. En el caso español, sería simplemente dar cumplimiento a un acuerdo del Congreso de los Diputados que se aprobó en noviembre de 2014. Así se manifestaba en este último viaje el presidente palestino, que agradecía el apoyo económico dado por el Gobierno y el pueblo de España a Palestina, pero planteaba pasar ya “a la siguiente etapa”. “El hecho de que algunos de los proyectos más importantes financiados por España fueran destruidos o gravemente dañados por Israel -incluido el aeropuerto internacional Yasir Arafat de Gaza- muestra que no es suficiente con apoyar la construcción institucional de Palestina si no se toman medidas concretas para lograr una solución política”.

El aeropuerto de Gaza fue construido en 1998. La Unión Europea (UE) aportó la mitad de los 70 millones de euros que costaron unas instalaciones que fueron arrasadas tres años después, durante la Segunda Intifada (2000-2005), por las Fuerzas Armadas de Israel. España había contribuido con 20,5 millones de euros a la financiación europea de la terminal aérea palestina. Recientemente, ocho países de la UE han acordado presentar una reclamación de compensación a Israel por la demolición y confiscación de bienes del consorcio de ayuda humanitaria a Cisjordania del que forman parte.

Este año, la UE ha aprobado un nuevo paquete de ayuda de 42,5 millones de euros para apoyar a los palestinos coincidiendo con la reunión ministerial extraordinaria de los principales donantes a la Autoridad Palestina reunidos en Bruselas. “Estoy satisfecha de anunciar que acabamos de adoptar un nuevo paquete de 42,5 millones de euros, que incluye actividades en Jerusalén Este, en apoyo a la construcción de un Estado palestino democrático y responsable”, declaró Federica Mogherini, alta representante de la UE para la Política Exterior. Aportación que se suma a los 158,1 millones de euros en ayuda directa al Estado, más los 107 para la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos y los 18 dedicados a impulsar inversiones en la franja de Gaza y Cisjordania, que la UE ya había aprobado previamente. La decisión llega apenas unos días después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con bloquear la ayuda financiera al país y tras el llamamiento de la ONU a aumentar las contribuciones ante los recortes de Trump.

Si la UE es la principal donante a la causa palestina, ¿qué impide a la misma reconocer a Palestina como un Estado? Hasta ahora, la Unión Europea exigía previamente el inicio de conversaciones de paz con Israel; pero también el reconocimiento como Estado puede ser una manera de forzar a Israel a negociar los limites y la plasmación del nuevo Estado. Es dar un paso adelante, como ha hecho el presidente Trump con Israel, sin consultarlo con sus aliados europeos y cuando se entiende mejor con su homónimo ruso que con sus socios occidentales. Es cuestión de cambiar la estrategia. Si no, los israelíes no se sentarán nunca a negociar, ya que este status quo, que han impuesto le es bastante más favorable.

La Unión Europea tiene que dar un paso al frente, sus ciudadanos se lo exigen, ante la claudicación del presidente Trump, para dar solución a un conflicto que ya dura demasiado y ante la sensación de que el tiempo para un acuerdo se acaba y que una nueva intifada, más violenta que las anteriores, pueda estallar en cualquier momento y con consecuencias muy graves para toda la región.

En esta misma línea se ha manifestado el célebre compositor argentino-israelí Daniel Baremboim, que manifestaba hace unos días en declaraciones a La Vanguardia, lo siguiente: “Se habla de la solución de dos Estados, ¿dónde está el segundo?”. Que el mundo reconozca Palestina como Estado y luego que como Estado negocie con Israel”.