CON este título, el gran dibujante donostiarra, enamorado de Bilbao, Juan Carlos Eguileor, ilustraba el cartel-programa con el que se quería devolver a todos los bilbainos y bilbainas, y muy especialmente a los miles de voluntarios/as, que habían trabajado denodadamente en sacar a Bilbao, y muy especialmente al Casco Viejo, del caos en que lo habían sumido las lluvias torrenciales de agosto de 1983. Aquel programa fue diseñado y coordinado por la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, financiado por el Gobierno vasco, dentro del Plan de Relanzamiento de Zonas Comerciales Afectadas por las Inundaciones, y contó con la colaboración desinteresada de miembros de la Comisión de Fiestas y de diversos comparseros.
Ahora, cuando se han cumplido ya 30 años de aquellos fatídicos días, desde la misma Asociación de Comerciantes del Casco Viejo nos gustaría -más allá de los merecidísimos agradecimientos a voluntarios, ciudadanos e Instituciones- plasmar nuestro punto de vista sobre el tiempo transcurrido desde agosto del 83.
Sin ningún tipo de duda, podemos decir que en aquellos días comenzó a escribirse el futuro del Centro Histórico de Bilbao, que como si de una tenaz Ave Fénix se tratara, comenzó a resurgir del barro y el lodo. Los comercios y los establecimientos hosteleros renacieron renovados con las técnicas de interiorismo y escaparatismo más actuales en la época. El Ayuntamiento, pieza clave en todo este proceso, sustituyó el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) por un Plan Especial de Rehabilitación (PER), una herramienta urbanística mucho más eficaz, que dio lugar al nacimiento de la empresa municipal Surbisa, encargada de pilotar la rehabilitación de la zona (Área de Rehabilitación Integral del Casco Viejo)? y en gran medida también de su revitalización. La eficiencia y cercanía de esta entidad ha hecho batir récords de inversión en rehabilitación y le hizo merecedora del Txikito de Oro, galardón que entrega nuestra asociación a aquellas personas o entidades que trabajan mucho y bien por nuestro Casco Viejo y por Bilbao.
Otro hito importante en estos años ha sido el desarrollo del denominado Plan de Etapas, puesto en marcha en 1985 por el Área de Obras y Servicios, y que en apenas veinte años ha culminado la total renovación de las infraestructuras urbanas (saneamiento, gas, agua, alumbrado...) y una pavimentación, sin aceras, con piedra caliza y granito naturales, probablemente la de más calidad de la villa. A todo ello habría que sumar el trabajo de mantenimiento llevado a cabo por los servicios municipales, especialmente destacable la limpieza de la zona.
Todo esto, unido a los más de 1.300 edificios y 15.000 viviendas rehabilitadas, conforman la actual realidad del Casco Viejo, conjunto monumental, centro comercial a cielo abierto y un barrio en el que vivimos más de 7.500 personas, con una edad media inferior a la de Bilbao, el Casco Viejo es un barrio joven, lo que resulta, en alguna medida, un caso insólito entre los centros históricos de las ciudades del Estado.
En todos estos años, el comercio y la hostelería de la zona han dado muestras de gran vitalidad, compitiendo con otras zonas comerciales de la ciudad y, lo que es más importante, con los nuevos formatos comerciales de periferia, enemigo formidable, a pesar de lo cual podemos seguir diciendo que el centro histórico de la villa no solo es el primer centro comercial de Bilbao, sino la más grande concentración comercial entre Madrid y Burdeos, con sus 70.000 m2 netos de actividad comercial en una superficie de 25 hectáreas.
El Casco Viejo es mucho más que un centro comercial, es el corazón de Bilbao y un lugar de encuentro para bilbainos y visitantes, como lo atestiguan los diez millones de visitantes anuales o los datos que aporta Metro Bilbao de la estación del Casco Viejo.
El Casco Viejo que hoy conocemos, y que tanto gusta a los turistas que por miles lo visitan, nació aquella noche del 26 de agosto de 1983, pero hasta llegar a nuestros días ha sido mucho el trabajo desarrollado por cientos de personas e instituciones, y mucho es el trabajo que todavía habrá que realizar para que nuestro Casco Viejo siga adelante, siendo el centro histórico más importante de Euskal Herria y más allá.
La Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, 44 años después de su nacimiento, sigue dispuesta a trabajar en clave de futuro. Seguimos dispuestos a defender los casi 4.000 puestos de trabajo que atesoramos en nuestras empresas y en las instituciones que se ubican en la zona.
Seguimos dispuestos a aportar nuestro granito de arena para hacer de Bilbao una ciudad líder.
Seguimos trabajando para hacer del Casco Viejo un entorno con calidad de vida y servicios comerciales y hosteleros para los turistas? pero sobre todo para los vecinos y vecinas que comparten nuestro espacio y para los bilbainos y vizcainos que nos frecuentan.
Seguimos, en resumen, dando pasos hacia ese futuro que comenzó en agosto de 1983.