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Educar en democracia, honradez, solidaridad?

LA educación, la cuestión eterna. Siempre, a lo largo de la historia, los regímenes políticos de cualquier ideología se han preocupado de la educación en escuelas y universidades. En las dictaduras, el intento de adoctrinar a niños y jóvenes en torno al régimen es constante e intenso. De formar personas libres, conscientes, equilibradas, pensantes y demócratas, honradas y solidarias… nada. Afortunadamente, no suele tener resultados positivos a medio o largo plazo. Las dictaduras, del signo que sean, terminan cayendo. La educación es más compleja y requiere un tratamiento integral que responda a las necesidades de la persona y de la sociedad. Una orientación sectaria no sirve en el tiempo, termina desmoronándose.

No solo son los regímenes dictatoriales, también los grupos sociales y políticos pretenden que la educación se oriente a satisfacer sus deseos específicos. Unos quisieran que la educación sirviera para fomentar y superar la desigualdad entre hombres y mujeres y, con ello, erradicar la violencia contra las mujeres… Otros pretenden que la educación sirva para que nunca más surjan grupos armados con fines políticos.

Los gobernantes ocasionales españolistas hacen abstracción de la realidad sociológica del país, pretendiendo borrar, o por lo menos aminorar, los sentimientos culturales, lingüísticos y de pertenencia a un pueblo: misión imposible y esfuerzo inútil. Otros, en fin, para que los niños, niñas y jóvenes salgan del cole con buenos hábitos y modos… Y así hasta el infinito. Son comprensibles ciertas actitudes. Es la tendencia heredada a lo largo del tiempo, de la pretensión de adoctrinar a los estudiantes. Esto, aquí y ahora, es como regar fuera de tiesto.

La educación es muy limitada para lograr resultados específicos de este tipo, de forma directa, sea a través de la familia, la escuela, la sociedad, a través de las instituciones públicas o de todo a la vez. La educación tiene que ser necesariamente integral y universal. De ahí se derivan las otras cuestiones específicas. La educación debe estar orientada a la formación integral y equilibrada de la persona ante la globalidad de la sociedad. Para lograr este objetivo fundamental es indispensable hacerlo simultáneamente ante los estudiantes, padres, tutores, profesorado... No es posible educar de manera efectiva y operativa en discordancia con lo que sucede predominantemente en la sociedad: Corrupción galopante y enchufismo, fraude fiscal desorbitado, violencia latente y operativa, consumismo, individualismo, desorden, pasotismo…

Todas las fuerzas y agentes relacionados con la educación en materia de desarrollo y formación humana, con independencia de ideologías y creencias, deben necesariamente actuar al unísono si realmente se desea educar integralmente y tener éxito. (Aquí, no se abordan los aspectos ordinarios de la enseñanza, de extraordinaria importancia, como son los programas y materias de los cursos, métodos de traslación del conocimiento y evaluaciones, aprovechamiento por los estudiantes, fracaso escolar, cambios de curso, interrelación entre profesorado, estudiantes, padres, tutores, actualización del profesorado, tecnología actual…).

Actualmente la posibilidad de utilizar la tecnología de la información y comunicación en las escuelas y universidades facilita enormemente la consolidación del conocimiento en las diferentes materias clásicas por parte de estudiantes y profesorado. Esto debe hacer posible dedicar el tiempo suficiente al desarrollo y formación humana de los estudiantes.

Una de las áreas básicas en las que hay que formar es la democracia en el más amplio sentido. La democracia no se limita a votar periódicamente en las distintas instancias, en nuestro caso, de Euskadi, España y Europa. Hay que aplicarla y ejercerla todo el tiempo y en todas partes. Todo el entramado de la sociedad -familia, pareja, escuela, universidad, trabajo, cultura, sindicalismo, política, instituciones públicas y privadas-, todo, tiene que funcionar de forma democrática. Se trata de interiorizar lo que implica realmente democracia, y de que se aplique de forma natural y ordinaria.

La democracia, entendida de este modo, tiene repercusiones positivas evidentes. Se interioriza mentalmente la igualdad entre las personas, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, hijos y padres, entre padres, tutores y profesorado… También el respeto mutuo escrupuloso en debates y decisiones, y a las mayorías sociales y políticas en todos los ámbitos, puede ser y es real en la práctica. Este será, probablemente, el único método para que en esta sociedad, finalmente, se aplique y asuma realmente el sistema democrático, alcanzando un nivel satisfactorio.

"Señor no te pido que me des… solo te pido que me pongas cerca". Expresión que hemos oído desde que éramos jóvenes y que refleja la sabiduría popular. Antes, la información era muy deficiente y llegaba mal y sesgada a la ciudadanía. A pesar de ello, existía la sensación que refleja la frase, cuyo significado es obvio. Ahora, la información es amplia. Sobre la corrupción, enchufismo y afines es alarmante y estamos sin perder espuma. Es difícil un día que no aparezca algún nuevo caso en los medios de comunicación.

Es impresionante la constancia en el chanchullo, el enchufismo, medrar, aprovecharse del puesto público que se ocupa para colocar a amigos, familiares, compañeros… en puestos de responsabilidad, bien remunerados. No importa la competencia y la preparación para el puesto… para eso están los asesores o los funcionarios profesionales… Crear o inventar nuevos puestos o directivos para colocar "a los nuestros"… El despilfarro de recursos públicos es un verdadero despelote, digno de repúblicas bananeras y más escandaloso aún en la actual situación de extremada gravedad para miles de ciudadanos. Repelente y vergonzoso.

Es indispensable realizar un esfuerzo para superar progresivamente esta lacra. La honradez debe constituir un objetivo de la educación. Informando ampliamente sobre la situación y desarrollando un sentido ético suficiente que permita niveles básicos de honradez y, en todo caso, a un rechazo frontal a los que están inversos en este tipo de prácticas.

La educación es una de las cuestiones más trascendentales y complejas, que requiere mucha seriedad, responsabilidad y constancia. No sirve hablar y explicar si no va acompañado de prácticas y experiencias y, en su caso, de testimonios consecuentes con lo que se dice. Es indispensable asumir que se aprende haciendo y reflexionando sobre los hechos y acontecimientos. No basta con aprobar exámenes, hay que interiorizar y memorizar en la mente.

Hay que informar que la tendencia a la violencia es innata, desde que se nace hasta el final y, por ello, es indispensable crear condiciones que no activen los genes que la impulsan, favoreciendo y propiciando espacios de armonía y estabilidad emocional.

El estrés como Síndrome de Adaptación General es inevitable para el desarrollo personal. Hay que informar y adiestrar para que sea positivo, contribuyendo al desarrollo personal. De otro modo, puede ser muy perjudicial para la salud física y mental la estabilidad emocional y para suscitar comportamientos no deseados.

Adecuar y actualizar los sistemas educativos a las más recientes investigaciones sobre la naturaleza humana y la tecnología de la información y comunicación constituye un reto fundamental para establecer los contenidos y los métodos de enseñanza, en todos los niveles.