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El acuerdo como meta

HABLANDO se entiende la gente, dice el saber popular. Reflexionar, contrastar, hablar entre las personas e instituciones que trabajamos la educación en este país es lo que promueve Kristau Eskola. La meta, hacia donde queremos ir, el objetivo que nos ponemos está explicitado: buscamos construir un acuerdo educativo amplio que sitúe al alumno como centro del sistema, dar estabilidad y viabilidad, ganar un futuro mejor para el Sistema Educativo Vasco.

Kristau Eskola, como agente educativo que aglutina a 141 centros en nuestro país, impulsa ese proceso de reflexión y debate en aras a la consecución del acuerdo. El sistema educativo, el nuestro, está necesitado de un marco de estabilidad, que vaya más allá de las coyunturas políticas, en el que se marquen horizontes claros, consensuados y definidos. Un marco que supere la inestabilidad derivada de cambios constantes, aplicados en función de momentos y políticas coyunturales.

El debate constituye el medio pero no el fin. No ocultamos que se trata de un debate apasionante, importante en sí mismo, pero no más que el objetivo que está tras la reflexión: la consecución de un acuerdo educativo y social que sea válido para el conjunto del Sistema Educativo Vasco y lo dote de futuro. Pero no cualquier acuerdo, sino aquel que ponga el acento en las necesidades del alumno, verdadero centro de gravedad del conjunto del sistema, garantizando, al tiempo, la sostenibilidad.

Esta es la reflexión que estamos planteando desde nuestra responsabilidad como agente educativo, en relación con los otros agentes e instituciones que construimos el mundo educativo. Queremos aportar nuestras propuestas con el fin de buscar soluciones consensuadas y promover el necesario debate que se debe dar donde corresponde: en el Parlamento y en la propia sociedad.

No es baladí que nos reunamos, dialoguemos y reflexionemos los agentes educativos y las instituciones: representantes del conjunto del mundo educativo, de las redes que constituimos este servicio público, junto a representantes institucionales, liderados por la máxima autoridad del Gobierno en este campo, la Consejera de Educación, Universidades e Investigación, doña Isabel Celaá, y representantes de todos los grupos del Parlamento Vasco, foro en el que se debe materializar el necesario debate y acuerdo educativo.

Estamos abriendo un camino, iniciando un debate, con una meta clara: el Acuerdo Educativo. Un Acuerdo en el que, desde nuestro punto de vista, es necesario fijar los objetivos, las necesidades y los medios educativos y sociales, sin confundir fines con medios, poniendo a los alumnos y alumnas como eje vertebrador y centro del sistema, superando la dialéctica de redes, por ser estas meros instrumentos. El Sistema Educativo Vasco debe ser visto en su conjunto, pues todo él está orientado a la satisfacción de las necesidades educativas de la sociedad.

En el marco legal vigente, la educación es un derecho universal que asiste a todas las personas, siendo obligación de los poderes públicos garantizar el derecho fundamental a la educación, a la libertad de enseñanza y la creación de centros docentes. El concepto público se refiere al servicio educativo, más allá de la titularidad del que lo presta.

El objetivo es garantizar el desarrollo pleno de cada persona, sobre la base de la de la equidad y la igualdad de oportunidades, en función de sus necesidades y no en función de la red educativa en la que se forma. Cada alumno constituye el núcleo en torno al cual gira todo el sistema educativo. La educación busca que cada persona desarrolle toda su potencialidad y debe servir para atajar las desigualdades que descubre una sociedad heterogénea como la nuestra alcanzando mayores cotas de justicia social, lo que posibilitará la cohesión social.

Al mismo tiempo, se hace necesario dotar al Sistema Educativo Vasco de viabilidad y estabilidad, comprometiéndose por la mejora continua, para lo cual es necesario contar con indicadores de resultado ligados a las finalidades acordadas.

De lo anterior se desprende la necesidad de contar con los recursos necesarios en base a las necesidades reales y a los fines consensuados para todos, con criterios de justicia, eficacia, eficiencia y absoluta transparencia en el uso de los fondos públicos. Kristau Eskola reivindica una financiación estructural básica adecuada para cubrir las necesidades allí donde se produzcan, desde el análisis y la aceptación de los costes reales. Una financiación que garantice realmente la igualdad de oportunidades, desde la justicia social, y la equidad (igualdad) para todos los ciudadanos.

Desde nuestra fundación, hemos priorizado alcanzar un acuerdo educativo, teniendo como objetivos la eficiencia y la sostenibilidad del sistema. Ahora, en el actual contexto de crisis estructural se advierte una mayor urgencia para abordar dicho acuerdo. Como parte del sistema educativo, queremos aportar análisis, reflexión y soluciones. Entendemos la complejidad de la situación y estamos dispuestos a aportar datos y analizar las dificultades con el fin de buscar soluciones consensuadas desde la corresponsabilidad.