lAS malas artes del capitalismo financiero se están llevando por delante todo resquicio de política de Estado benefactor mientras toma carta de naturaleza la transferencia hacia un populismo barato. La crisis marca el regreso al "más vale malo conocido?" y formatea un fundamentalismo de matiz quasifalangista que vende fe (sabemos y podemos hacerlo mejor), esperanza (crearemos puestos de trabajo), y caridad (de lo que nosotros tomemos, porque nos toca repartir, algo quedará). Evidentemente esto se ofrece con firmeza y prestancia de machos y hembras que sientan cátedra, infamia y maledicencia, al estilo de "se cree el fraile que todos son de su aire" y "el ladrón que todos son de su condición", y boquitas haylas.
La España azul moratón suave está ocupando su mapa de poder, el que le toca y el que le posibilitan y las gaviotas corroen el buque hundido. En este contexto, el tamiz social de la España rosa no sabe hacia dónde volar. Ha sido forzada a aplicar medidas antisociales para controlar el déficit y esto redunda en bajo crecimiento y desempleo. Coletea ante muchas adversidades, sin apoyos, pero con estandarte bipartidista (esto es, lamenta ser ninguneado en Catalunya, pero ningunea en Navarra, en Asturias, en la CAV en las elecciones autonómicas?). Negocia con el Poder Populista y sus aparatos buscan alegría y supervivencia en puestos-sueldo a costa de indignación. Pero quienes no entran en sus pactos merecen la excomunión. Mientras tanto, las y los votantes se deslizan hacia quienes mienten ofreciéndose como lo menos malo, se regocijan del derribo, prometen lo que no se puede prometer, y ensucian la política con el todo vale para conseguir lo que les pertenece por derecho divino y humano: el poder.
La alarma social por la crisis arrastra como un tsunami a políticas dubitativas y a todo lo que encuentra. Visto de otro modo, la alarma alemana por las muertes del virus escherichia col plantea no comer verde, antes bien, salchichas y patatas que luego, como propiamente alemán, se acompañan con semillas germinadas de tratamiento dudoso. El yo mi-me-conmigo de lo bueno germano ha quedado tocado, pero las consecuencias de sus brotes germinados se derivaron hacia trabajadores, siesteros y vagos (PIGS), hoy escaldados. Los germanos derivan sus errores. Los acuerdos entre pseudoizquierdas sucursalistas y azulados ubican sus acciones bajo el marchamo de la España Constitucional del dios, patria y reinado de El Escorial. Pepinada germana vs sacrílegos, lecciones de lo que es legítimo, o no, constitucional, o no, y acuerdos post gestionados sui generis entre quienes en bronca continua pactan bipartidismo. Quienes produjeron / exportaron pepinos cobrarán migajas. El Poder Populista lo hace todo por bien y sus pecados le son perdonados. Para cumplir la penitencia, la justicia comodín les apoya. El voto absuelve, y la redención del palio acompaña el maniqueísmo de deriva piadosa. La fe amortiza y justifica vender pensamiento hueco e insolidario, falsas expectativas y malas prácticas, y algunos olvidan bajo qué representatividad avalan el Poder Populista.
En mayo de 2010, la amenaza de intervención en España me cogió en Australia de estancia larga. Pude leer lo que allá se refería y escuchar lo que me decían. Visto desde las antípodas, el riesgo de intervención fue real, y hasta entendí que, entre otras, nos rebajaran el sueldo. En Australia no se entendía la falta de compromiso y de solidaridad de una derechona que unía crisis a zancadilleo. La intervención se ha sujetado, pero estamos en riesgo, y los azulados irresponsables siguen mezclando interés y desgaste en su todo vale, mientras la soledad de la acción de gobierno discurre paralela a la irresponsabilidad de unos aparatos en purita pantomima. Sus correligionarios provocaron elecciones anticipadas en Portugal, y consiguieron lo que querían: mandar. Portugueses y portuguesas de a pie, y empresas que allá tienen inversiones, van a sufrir ajustes en cadena, pero ¡qué importa!
El chovinismo colonizador-católico hispano nos lleva a entender lo público como de todos, y más de aquellos que se pueden aprovechar. No lo hacemos nuestro como un servicio del que podemos disponer para bien (principio de bienestar otrora asumido por protestantes y calvinistas, cuestionado por los ajustes de la globalización, y en peligro mediando pensamiento y prácticas de doble filo). Robar, malversar, prevaricar con el bien público, tiene una lógica que encaja con la confesión y la penitencia. El parlamentario con crucifijo en Valencia lo simboliza bien, y los votos redimidores, también. Lo público es de todos y de nadie. Se puede usar, tirar y algunos manejar a su antojo. Ahora bien, los no españolistas: herejes no pueden hacerlo. El cuestionamiento de la política por los indignados ofende, pero el cuestionamiento desde el independentismo está endemoniado. Algunos son juez y parte ¿hasta para encarcelar votantes?
Este formato marca el panorama post electoral en Navarra, que se define tal cual el 2007. La dimisión del candidato socialista la viví fuera. Hoy se pacta con desparpajo. El navarrismo de forasteros venidos a Navarra ocupa todo lo esencial: presidencia, alcaldías e instituciones de alta gama, universidades... Otorga finura y carrera como el museo del encierro, porque Navarra es el lugar donde los venidos de fuera se aposentan para imponer impronta y forzar que no se la reconozca. Ilusos de izquierdas y herejes independentistas nunca. El trono de doña Blanca está listo. Sabrá ejercer su conquista, sola y acompañada. La cruzada etnofóbica del navarrismo está acordada hasta próximas elecciones. Luego vendrá la readmisión en el redil azulado. Y este corto tiempo cogerá traspuestos y trasquilados a quienes se acomodan en la sucursal del imperio del Cid. Las bisagras hay que saberlas colocar, porque ceden, y las poltronas cambian ideologías. ¿Cuál será el futuro del generalato navarrista?
Algunos socialpensantes debían tomar lecciones del PAR aragonés. Sabe engrasar con izquierdas y derechas, y siempre lo ha hecho así. Hace cuatro años con unos. Hoy ha pactado con la nueva Agustina a cambio de un buen puñado de puestos intermedios. El modelo Belloch a la izquierda es igualmente buen referente, y CC ha demostrado estilo. La primera transición desperdició clarificar la política. La segunda ha sido un bluff que ha quemado a jueces y a creyentes del cambio. Y en esta clave, jugar a primarias cercenadas por los aparatos en demérito del debate y la igualdad, no es el mejor camino, porque en tierra quemada, unos meses no dan para construir alternativas.
Las identidades son hoy definitorias del saber hacer político, a futuro, en tiempos globales. ¿Qué acomodo se ofrece desde el navarrismo a un perfil identitario: cosmopolita, de pueblo y zona: Sakana (devastada por una política de inversiones que mira a otro lado, y a quienes iría mejor en otra comunidad)? Los unionismos navarros anti natura no entienden de esto, y quienes sólo sacan a pasear el federalismo en tiempos electorales, tampoco. ¿No estaríamos mejor organizados en la península en seis-siete federaciones, e incluso Portugal a medio plazo, tratándose de que hay inversiones comprometidas? ¿No sería esto un mejor mapa y una mejor realidad política que tanta microrepresentatividad a la orden para prejuzgar lo que Navarra o la CAV pueden aspirar, lo que son, o pueden ser, para que no sean? ¿Es mucho pedir a nuestros solventes políticos que piensen y abran caminos con menos carga en déficit? Ahorraríamos en canales de TV, aeropuertos, representatividades políticas con costo, subvenciones, campus universitarios en formato academia no preparados para una convergencia europea, en mucha inversión en idioma para no aprenderlo...