Son semanas de ajetreo las previas al 30 de junio, fecha que marca el final de una temporada y el inicio de la siguiente. El retraso de la competición a causa del Mundial ha comprimido un tiempo que suele concentrar un gran número de noticias, además de rumores y especulaciones. En su línea de toda la temporada, el club no ha dejado de emitir notas referidas a actos sociales, homenajes, recordatorios y demás asuntos sin una relación directa con lo nuclear, o sea, con la actualidad de los equipos. Pero lógicamente no han faltado comunicaciones relativas al ámbito deportivo, las que despiertan mayor interés. Es lo que toca mientras los jugadores están de vacaciones.

El día que establece la frontera entre el pasado y el futuro, ayer 30 de junio, resultó particularmente intenso en el plano informativo. Además de la puesta a la venta de las camisetas de la nueva marca, Castore, el Athletic dio a conocer que el próximo martes tendrá lugar la presentación de Iñigo Ruiz de Galarreta, cuya contratación anunció oficialmente pocas horas después de que la plantilla de Ernesto Valverde malgastase en el Bernabéu su última bala para meterse en Europa vía competición, por sus propios méritos. Es probable que el centrocampista con pasado rojiblanco sea la única adquisición para el primer equipo, aunque el mercado estival acaba de abrir sus puertas.

Casualmente, habrá que pensar, solo una hora más tarde el club daba cuenta de la continuidad de Raúl García, renovado para un año. La resolución de este caso se ha prolongado al máximo y despeja una incógnita latente, además de controvertida si se repara en el rol secundario desempeñado por el jugador en la campaña recién concluida.

Se supone que el deseo de Valverde ha sido clave en la decisión. La problemática del gol, tan arraigada en el comportamiento colectivo, con una incidencia evidente en los balances de años previos, reclama sin duda algún tipo de medida, si bien a tenor de lo visto no parece que la solución vaya a descansar sobre las espaldas del veterano rematador, quien alternará en punta con Iñaki Williams, un Guruzeta que ha apuntado detalles en su estreno en la élite y, está por ver, si Villalibre, al que ya le tocaría entrar en la rueda. Lo contrario tampoco extrañaría en exceso, pues Valverde dio motivos para dudar de que quiera apostar por el ídolo de Mendizorrotza.

El día 29 también tuvo su miga. Que Zarraga recalase en el Udinese invita a una reflexión que en realidad correspondía realizar el día 6, cuando los 14 años que consumió en el club tocaron a su fin. Más llamativo fue el nombramiento de David Aznar en sustitución de Iraia Iturregi al frente de la primera plantilla femenina. Una nueva muestra de la natural inclinación de los actuales dirigentes a pescar responsables de Lezama y técnicos fuera del entorno natural del Athletic. Será porque aquí no los hay.

El club vendió como un avance que Iraia se integrase en el Basconia como ayudante de Bittor Llopis, pero desvelada ahora la identidad de quien le sustituye, aquella impresión pretendidamente positiva se desvanece. Qué pensar si encima se analiza en un contexto marcado por las despedidas de Pello Agirreoa y Blas Ziarreta, y de otros sin un historial y un bagaje tan brillantes, pero con un rendimiento contrastado en la cantera. Se percibe la existencia de un desmedido afán por cambiarlo todo, por borrar cualquier vestigio de lo que ha funcionado como una factoría modélica, aunque ello implique perpetrar fiascos como el consumado en el filial masculino.