Estimado lector o lectora, imagino que a estas horas cuando leen estas líneas estarán con un ojo o un oído puesto en las voces de los niños de San Ildefonso y su cantinela de 1.000 euros mientras miran, una y otra vez, los décimos y participaciones de la suerte.

Todos los años es lo mismo y salvo unos pocos, poquísimos, mucho me temo que hoy también se van -nos vamos- a ir de vacíos. No quiero ser ventajista pero que la probabilidad de que toque el Gordo es de una entre 100.000, lo que representa un 0,001% de probabilidades. Este ínfimo porcentaje se repite para el segundo y el tercer premio mientras que las probabilidades de que no nos toque nada son aproximadamente de un 85%, y las de ganar cualquier premio que supere el importe apostado es de aproximadamente un 5%.

Está claro que jugar a la Lotería de Navidad no es un acto racional, al menos desde el punto de vista matemático, pero pese a todo cada vasco se ha gastado de media este año unos 84,33 euros. Quizá el atractivo haya que encontrarlo en otros aspectos, como en que se trata de un acontecimiento social -ahí está el fenómeno Julián- o en que buena parte del dinero recaudado vaya a pasar a engrosar las arcas del Estado, que son los verdaderos ganadores del sorteo de hoy.

En cualquier caso, siempre nos queda el Niño y soñar en que el próximo año tengamos la suerte que hoy nos ha sido esquiva. ¡Feliz día de la salud!