CUANDO en 1990 se levantó la primera piedra para la construcción de Metro Bilbao, se oía a los más mayores esa frase que a veces parece poner en duda todo proyecto venidero: Yo no lo veré. En 1991 se inició la excavación de túneles, cuya primera unión tuvo lugar en 1992… y así hasta la inauguración oficial del primer tramo, todo un acontecimiento con la presencia de las mayores autoridades, el 10 de noviembre de 1995. Han pasado muchos años y desde entonces el metro ha ido cosiendo sin dejar cicatrices los municipios de Bizkaia. Reconozco que algunos los he asimilado con más normalidad y otros me han parecido casi un milagro. Ahora que se habla tanto de la inteligencia artificial y de todo lo que nos reportará he oído también a más de uno/una decir la misma frase: Yo no lo veré. Y me ha venido a la memoria aquella primera incursión a las tripas de Bilbao en plena plaza Moyúa para conocer lo que iba a ser el metro. Nadie se lo creía y menos aún pensaba disfrutarlo. Desde entonces Bizkaia se ha ido vertebrando metro a metro, pueblo con pueblo y pueblo con ciudad. Hemos rentabilizado con facilidad aquel logro y aquella obra que nos parecía faraónica. Casi virtual, como cuando ahora nos hablan de la inteligencia artificial. Y de pronto leo la última noticia sobre la expansión del suburbano. El Gobierno vasco da los primeros pasos para que el metro llegue a Arratia, creo que veremos la IA.