CON Loreak nos pilló totalmente por sorpresa, y luego se volvió a repetir con Handia. Las películas de Jose María Goenaga, Aitor Arregi y Jon Garaño demostraron que entraba en lo normal que unos filmes en euskera pudieran llegar a estar nominados a los Oscar, los premios más prestigiosos del cine de todo el planeta. Pero no podemos dejar de alegrarnos cada vez que un o una cineasta vasca consigue que su película entre en la primera liga de las olimpiadas del mundo del celuloide. Esta semana hemos conocido que la ópera prima de Estibaliz Urresola, 20.000 especies de abejas, va a participar en la Sección Oficial del Festival de Berlín. Será la primera vez que una directora vasca acudirá a la Berlinale y la primera ocasión en la que se escuchará euskera en este prestigio festival. La película está rodada en euskera, castellano y francés y aborda la historia de Lucía, una niña de 6 años que se siente chico y a quien todos llaman Aitor. La mirada de la alavesa Estibaliz Urresola ha encandilado al jurado del festival de Berlín, que ha decidido que su ópera prima debe competir con directores de proyección internacional y largas trayectorias profesionales. Habrá que esperar a febrero para saber si consigue llevarse el Oso de Oro, pero solo con estar en Berlín es ya todo un premio. Y un logro para el cine vasco y para nuestra lengua.

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