A estadística es una de esas ramas matemáticas por la que uno optó por estudiar letras puras aunque se topara luego con un lenguaje parecido, el de la lógica filosófica. ¿Cuántas veces se ha preguntado, sin fe, qué opciones tiene de que le toque el Euromillón? Pues una entre 114,5 millones. ¿La Primitiva? Una entre 13,9 millones ¿Y la Lotería? Una entre 18 millones. Es más probable que acabe usted siendo millonario que con un trombo por culpa de la vacuna de AstraZeneca, de la que se han verificado 222 casos de las 34 millones inoculadas en Europa, y solo 12 entre los 1,7 millones de pinchazos repartidos en el Estado. Es más, los que sabemos qué es inyectarse heparina tras una operación asumimos el riesgo que puede suponer a uno de cada cien casos, y lo tomamos como parte del procedimiento porque de no hacerlo la consecuencia puede ser mayor. En términos porcentuales, el peligro del remedio contra el coronavirus se sitúa entre el 0,0001 y 0,0004%. Mucho menor que el derivado de un simple paracetamol de un gramo convertido casi en parte de la dieta nutricional (0,01%). Para que la dosis de Oxford o la de Janssen nos afecte severamente su puntería, pero en términos adversos, debería ser mayor que la de Griezmann siendo padre: sus tres hijos han nacido un 8 de abril (2016, 2019 y 2021). Lo más normal es que el perjuicio de vacunarse aparezca como el acierto del culé ante la portería. Extremadamente ocasional. Veremos el sábado...

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