AY un esfuerzo de extraña pedagogía en los responsables públicos cuando nos hablan de la "nueva normalidad". Suena a ciencia ficción, a mundo recién estrenado, a tierra virgen a la que acostumbrarse y a esos escenarios donde todo empieza. Es posible que antes del covid tampoco nada fuera normal con la instalación en las vidas de las necesidades creadas como el que se instala otra tele de plasma en la habitación. Los gobernantes insisten en el tránsito a esa nueva normalidad distópica en base a normas de higiene, distanciamiento entre humanos y responsabilidad individual. Acostumbraos a que ya nada será normal, al menos en los primeros tramos tras una crisis que instaurará la mampara de plástico mientras hablamos a voces para directamente dejar de hablar, y por fin, empezar a mirarnos a los ojos. Vienen cambios que debieran pasar también por hacer normal la cultura del pacto político o el fin de la imposición para el mando único sin desmadres. Debiéramos acostumbrarnos todos, también los de la pedagogía que apelan a nuestra sensatez para que empiecen a desescalar ellos también en su modelo porque hay hartazgo en las casas, por el escenario y por ellos. Nada volverá a ser igual pero algunos siguen con el mismo recital sin pararse solo a pensar si quiera que son ellos los primeros que debieran dar ejemplo. Supriman sus mamparas, que los demás ya nos acostumbraremos a las nuestras.

susana.martin@deia.com