POCA chavalería faltará hoy a las aulas con la zamarra rojiblanca que amenaza con inundar mañana patios, parques y hasta oficinas. Al más puro estilo americano, hoy es Superjueves en Bizkaia y gran parte de Euskadi; y víspera de resaca si el Athletic sale de Los Cármenes con billete hacia su final copera número 40 y a por su vigésimo quinto título. De no ser así, si me apuran, también; en tanto que su apego representa un estilo de vida y la vida no consiste en tener buenas cartas sino en jugar bien las que tienes. Y como todo sentimiento, inexplicable, más allá de argumentarlo con nombres propios, gestas, épicas y reveses donde el éxito no consiste en ganar sino en ser. Desde la proeza de los aldeanos ante el Madrid de Di Stefano (1958), pasando por la derrota ante el Zaragoza que, sin embargo, gestó la leyenda de Iribar (1966), hasta la pugilística hazaña contra el Barça de Maradona (1984) o el más contemporáneo chorreo al Sevilla del presidente Del Nido (2009). La autoestima y el sentido de pertenencia se imponen incluso a la filosofía, que se va resolviendo según las circunstancias, salvaguardando los valores sin vender su alma al diablo, y adaptada a una sociedad multicultural distinta a la del último paseo en gabarra hace ya 36 años. Como en Ítaca, el viaje siempre es más importante que la meta. Pero prepárense para el tránsito hasta el 18 de abril, den lustre, de nuevo, a sus miles de banderas, algunas aún sin descolgar... Y olvídense del rival.

isantamaria@deia.eus