Pelotero en retirada: Muy emocionante y tal su despedida el Camp Nou. Cuánta sensiblería de plexiglás, tal que si en vez de hacerse a un lado porque están a punto de pillarlo, se hubiera ido al otro barrio. Llámeme conspiranoico, pero no me pareció casualidad que anunciara su adiós el mismo día en que se aprobó la nueva ley del Deporte que, entre otras cosas, prohíbe que los participantes en una competición tengan intereses empresariales en ella. Lo flipante es que sus negocios allá donde se ejercita profesionalmente no hayan sido objeto de sanción penal... ni social. Ese es el problema. Los que le aclaman son sustentadores de sus mil y una pilladas de cacho. Un cacho, por cierto, españolísimo en la mayor parte de las ocasiones. Pero que cuela.