Pues tampoco crean que ha habido tanto escándalo. El anuncio de la inminente oficialidad de las selecciones vascas de pelota y surf se queda, de momento, en pequeñas cargas de profundidad en los titulares. Veremos cuando aparezcan los opinateros a hincar el diente…

Eso sí, el asunto está en primera en casi todas las cabeceras diestras con más o menos cayena. Así, El Mundo se fija en una de las morbosas consecuencias de lo anunciado: “Sánchez cede las selecciones de pelota y surf al PNV y competirán contra España”. En ABC tampoco hay mayor rasgado de vestiduras, más allá de la utilización del verbo ceder en el enunciado: “El Gobierno cede y permite al País Vasco tener selección propia de surf y pelota”. El comienzo de la crónica también tiene su puntito: “El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, llegaba a la sala de prensa de la sede del partido en Bilbao visiblemente contento y con una sonrisa de oreja a oreja. No era para menos, porque lo que ha anunciado esta tarde en una rueda de prensa que se convocó de forma precipitada es un golpe de efecto en la relación del PNV con el Gobierno de Sánchez”.

En el caso de El Español de Pedro J. Ramírez, lo llamativo es que se olvide de especificar que la medida afecta a dos deportes concretos y se dé de la sensación de que es para todos: “El PNV arranca a Sánchez que selecciones vascas compitan oficialmente al margen de España”. El verbo arrancar ha sido de amplio uso (creo que con tino), aunque e redactor de The Objective ha preferido otro: “El PNV cuela en la ley del Deporte el reconocimiento de la selección vasca de surf”. Se deja la de pelota, por cierto.

Sorprendentemente (o no) La Razón ha sido el único diario de la diestra que ha obviado la cuestión en su primera. Sin embargo, en la edición digital ocupa un lugar destacado bajo un titular si fu ni fa: “Sánchez permite al País Vasco tener selección propia para competir en deportes con ‘arraigo’”. En el texto, unas briznas de paja, pero poco más: “Lo cierto es que las selecciones deportivas han sido siempre usadas por el nacionalismo tanto vasco como catalán para hacer reivindicaciones políticas: sobre todo, durante los tradicionales amistosos de fútbol que se suelen jugar siempre a finales de diciembre. El deporte ha sido siempre, sin duda, un espacio muy propicio para las reivindicaciones políticas por la gran afición que tiene, pese a que también, entre los deportistas más célebres, se ha ido imponiendo un silencio para evitar caer en mensajes que puedan suscitar «impopularidad»”.

"Podría ser el eslogan electoral del PSOE en las próximas elecciones, Bajarse los pantalones"

Jorge Vilches (The Objective)

O no conozco a mis clásicos, o mañana, cuando entren en juego los opinateros, tendremos más salsilla para untar. A la espera, nos quedamos con una sentencia de Jorge Vilches en The Objective que sirve para esto y para todo lo que se negocia en Moncloa: “Podría ser el eslogan electoral del PSOE en las próximas elecciones, Bajarse los pantalones, porque esta es la única estrategia que tiene el sanchismo para permanecer en el poder. Sánchez se sienta en cualquier mesa de negociación con la cesión por delante, salvo con el PP”.

"Los independentistas y los proetarras están apurando el último año de Pedro Sánchez para succionar hasta la última gota de leche que pueda dar la vaca"

Mayte Alcaraz (El Debate)

Eso es fino al lado de la versión de la misma matraca que firma Mayte Alcaraz en El Debate: “Los independentistas y los proetarras están apurando el último año de Pedro Sánchez para succionar hasta la última gota de leche que pueda dar la vaca, que debe su pasto y hasta su vida política a los que ahora aprietan la ubre para que derrame lo poco que le queda ya al Estado para defenderse: la Justicia”.

Parte de esos lamentos excesivos van por la posible reforma del delito de sedición, algo que, como ya vimos ayer, tiene irritados a los evacuadores de opiniones del findo a la derecha. Anoten, como ejemplo, esto de Pedro J. Ramírez en El Español: “No hay nada que transmita mayor sensación de debilidad que la reforma del delito de sedición. Una invitación abierta a que los separatistas aprendan de la experiencia de 2017 y afinen sus métodos para alcanzar el éxito en esa segunda intentona”.

Flojito, muy flojito Pedro J,, por lo menos, en comparación con Miquel Giménez, que interpreta así en Vozpópuli los efectos de la hipotética reforma: “Es decir, que si hasta ahora a los que intentaron dar un golpe de estado proclamando la república catalana la cosa les ha salido relativamente gratis para lo que les habría costado en otro lugar, dentro de poco incluso es posible que se le regale a quien reincida contumazmente en el error una máquina de café, una aspiradora o un paraguas con mando electrónico”.

La visión más original es la que vierte Josep Martí Blanch en El Confidencial. Según él, al negociar la rebaja del delito, los soberanistas están demostrando que tienen sangre de horchata. O algo así: “Uno espera de los miembros de los autodenominados movimientos de liberación nacional más coraje y consistencia. La asunción de las penas de cárcel —justas o injustas, tanto da— con la resignación del héroe que ha renunciado a lo mundano en favor de su objetivo final. Desdén por lo material y también por la propia libertad para tener la excusa con que seguir señalando al Estado opresor que te mantiene entre rejas. Nada de eso ha sucedido. Toda la estrategia independentista ha ido dirigida, desde el minuto uno después del salto al vacío, a intentar evitar sus consecuencias”.