A derecha española repetirá el próximo 13 de junio en la plaza Colón de Madrid una foto infame. Convocados por una plataforma denominada Unión 78 liderada e impulsada por viejos personajes muy conocidos y mediáticamente encumbrados por su defensa de la exaltación patriótica como Rosa Díez, María San Gil y Fernando Savater, tanto PP como Ciudadanos y Vox volverán a agitar juntos la calle en contra del Gobierno de Pedro Sánchez y de todo aquello que cuestione la “unidad de la nación española”. Dentro de su más que cuestionable y peligrosa estrategia de agit-prop para la que, al parecer, todo vale, la derecha presuntamente moderada compartirá otra vez pancarta con una formación filofascista, Vox. Ya lo hizo en febrero de 2019, en aquella tristemente famosa foto de Colón, contra una iniciativa tan democrática como la apertura de negociaciones entre el Ejecutivo y el Govern catalán. En esta ocasión, la nueva concentración en el mismo escenario está motivada por las intenciones de Sánchez de conceder el indulto a los independentistas catalanes condenados por el procés. El pretexto es, una vez más, lo de menos para quienes se suman a la estrategia de tensión y confrontación y contra cualquier salida dialogada, negociada y democrática en Catalunya. Se busca la venganza, el castigo a los independentistas en prisión y el bloqueo de iniciativas que alivien la tensión, ayuden a la convivencia y la normalización política y social y puedan encauzar el conflicto por vías democráticas. Es la agitación por la agitación, con el objetivo de, emulando la primera foto de Colón, derribar al Gobierno “apoyado por los golpistas” y vetar las soluciones. El PP se ha visto empujado a secundar la convocatoria junto a Vox, incumpliendo así su declarada intención de no salir a la calle y llevar su oposición a los indultos únicamente a las instituciones, como con la iniciativa de la recogida de firmas o las mociones que presentará en 8.000 ayuntamientos del Estado. Su presencia en Colón prueba la endeblez de sus convicciones y estrategias, al igual que sus dudas sobre si debe acudir Pablo Casado acreditan su tibieza y falta de liderazgo. Quizá la segura asistencia de Díaz Ayuso eclipse definitivamente al presidente popular. Aunque tanto el PP como C’s evitarán la foto junto a Abascal, el blanqueamiento de la ultraderecha y su fortalecimiento electoral se harán aún más patentes. La foto de la infamia saldrá de nuevo muy nítida.