LA expulsión por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) de todo el deporte ruso de competiciones internacionales durante cuatro años al considerar que Rusia ha intentado encubrir positivos mediante la manipulación de la base de datos del laboratorio de Moscú para impedir la comprobación de 145 de los 298 deportistas rusos investigados por dopaje es incluso más que la sanción más severa nunca impuesta. En primer lugar, aunque la medida pueda ser recurrida ante al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en los próximos 21 días, no parece previsible que este corrija las investigaciones que la AMA viene desarrollando desde hace cinco años a raíz de un reportaje de la televisión alemana ZDF. Y si el TAS confirma la sanción, será un precedente ineludible frente la evidencia de programas estatales de preparación de deportistas (ya se han denunciado casos en el fondo y medio fondo africano, por ejemplo) que, como el Informe McLaren de la Agencia dictaminó respecto a Rusia, con más de mil deportistas implicados, y el propio presidente ruso, Vladimir Putin, admitió al reconocer que “el sistema de control antidopaje que teníamos no funcionó”, constituyen una “conspiración institucional de dopaje”. En segundo lugar, la sanción de la AMA sitúa al deporte internacional ante el espejo ya que la ausencia de los deportistas rusos -podrán competir, aunque sin representar a su país, solo aquellos que demuestren no estar implicados- de las competiciones, incluyendo Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y Juegos de Invierno de Pekín 2022, evidenciará la realidad de las diferentes especialidades. Y en este aspecto y en tercer lugar, la decisión de la AMA extiende los interrogantes sobre la actitud de determinadas federaciones internacionales al situarlas frente a la obligación de hacer cumplir la sanción. Y es, sin ir más lejos, el caso del fútbol y la FIFA, que en mayo cerró la investigación abierta sobre el mundial de Rusia 2018 a raíz del Informe McLaren por no hallar pruebas y cuya actividad antidopaje ha sido señalada en más de una ocasión como insuficiente. No en vano, deberá tomar una decisión sobre la participación de Rusia en el Mundial de Catar 2022 así como, a través de la UEFA, sobre la organización de cuatro partidos de la Eurocopa en junio en San Petersburgo, lo que prohíbe la AMA en la tercera y cuarta consecuencias de la sanción impuesta por unanimidad de los doce miembros de su Comité Ejecutivo.