Maricón perdidoNo llores por mí, ArgentinaLate Motiv

Netflix nos lleva hasta 1999 con El caso Wanninkhof-Carabantes, una de las historias policiales, judiciales y mediáticas más vergonzantes que se recuerdan. Dolores Vázquez fue acusada de matar a la hija de Alicia, su examante. Fue inculpada por la Guardia Civil con mínimos indicios y condenada sin motivación por un jurado popular. Pasó 519 días en prisión, hasta que encontraron al autor, el británico Tony King. Si se hubiera investigado bien el primer caso, Sonia Carabantes, asesinada por King cuatro años después, estaría viva. La lesbofobia, junto al envenenamiento por telebasura, extendieron el odio contra una lesbiana antipática. Esto escribió Juan Manuel de Prada cargando contra el fervor lésbico como causa del crimen: "Rocío Wanninkhof murió por culpa de un amor degradado (...) un amor que jamás podría haber rendido un fruto tan sencillamente hermoso como esa muchacha que nos sonríe desde ultratumba". Hay que ser miserable. No hay España ni Hungría suficientes para tan poca compasión.