QUIZÁS la pelea a muerte entre Mejide e Inda sea un montaje. Si a ambos les viene bien la bronca para ganar notoriedad y los dos son manifiestamente narcisistas, cabe que juntos lo hayan ideado todo. Verdadera o no, la historia comenzó cuando el periodista se sentó en el Chester. El dueño de OKdiario dejó evidencia de su ilimitado cinismo y tras el encuentro se juraron odio eterno. En Todo es mentira, de Cuatro, el publicista ha hecho del navarro diana de sus dardos, desmantelando sus fake news y ridiculizando, entre otros disparates, la entrevista a Pablo Casado en el bar de la riña de borrachos de Alsasua. El contraataque por el polémico informador ha sido un video falso en el que se implica a Mejide en una supuesta trama “para darle a Inda una hostia definitiva”. Esto no va a quedar así y, como en las pendencias de tronistas en Sálvame, continuará hasta el vómito.

Mejide cree haber descubierto América con su denuncia de las cloacas del periodismo, más viejas que la tos, asunto actualizado por David Jiménez y su libro El Director, tan veraz como personal. El programa sobre esta cuestión, en el que Eduardo Inda era parte de las corruptelas, no tuvo el impacto esperado. Su autor se siente frustrado porque el resto de medios no le han secundado. ¿Acaso pretendías, alma de cántaro, que la prensa se cociera en su propia salsa?

Tiene las de ganar Risto en esta trifulca, porque el periodista solo acumula enemigos y el de los anuncios es un poco más popular. Pero lleva su rencor demasiado lejos al pedir que Inda sea expulsado de La Sexta, donde tiene el favor de Ferreras y nuestro Iñaki López, y de Telecinco, donde Ana Rosa le hace ojitos. “¿Qué sabe este hombre para que siga de colaborador en estas cadenas?”, dijo airado. Cuidado, amigo, esa insinuación envenenada no estaba en el guion de vuestro montaje.