O de analizar ya no se lleva. Se elige un caballo y pase lo que pase, para unos, palos, y para otros, zanahorias. Total, no vaya a ser que salga la cosa bien y yo, que había apostado al 7 rojo, salga otra cosa. Y aunque sea buena para el Athletic, vaya yo y pierda. Tan triste, como esto, y tan verdad como lo que estamos viviendo. Es lo mismo que los protagonistas expliquen las cosas, o que se haga desde el profesional un análisis de lo sucedido. No es mi apuesta y, por lo tanto, salvo en caso de superioridad flagrante o verdad absoluta, no me creo nada.

Esta pasando, sí, aquí. Hacía bastantes temporadas en las que no sucedía lo de esta. Podemos tirar de memoria y no mirar mucho para atrás y encontrar una buena ración de partidos en los que el Athletic haya generado este numero de ocasiones de gol y, sin embargo, no alcanzase la victoria en gran parte de ellos. La producción ofensiva es muy amplia como para tener mucho más premio. Ocasiones muy claras, que no alcanzan la malla y que, en definitiva, dejan de sumar puntos que colocarían al equipo en otra situación muy distinta.

Lo he escrito en múltiples ocasiones, me gusta este equipo y creo que está haciendo una gran temporada. Llegar a semifinales de la Copa y estar en la lucha por alcanzar un puesto en competición europea es, a mi entender, el objetivo real de los leones. Si ademas vemos que el grupo asimila lo que el míster transmite, estamos ante un paso adelante de un colectivo en plena transformación y que tiene claro cómo jugar y cómo llegar. Lo otro es ya acertar, y aquí es donde tenemos el déficit.

El resultado marca mucho y casi todos somos resultadistas, pero hay algo que es muy evidente, si ganas jugando mal, no pasa nada para casi nadie, si pierdes jugando mejor que el rival, entramos en barrena. No somos capaces de entresacar las virtudes en la derrota, y en el caso rojiblanco, tampoco en los empates, muchos por cierto. La falta de acierto es, sin duda, el principal culpable de no pasar de las tablas a la victoria. Son muchos puntos los que se quedan en el camino por esta circunstancia. El problema es que no se quiere analizar, y lejos de esto, los críticos con el míster y quien le puso, hablan de mal planteamiento, sistema inamovible, y cambios mal y a destiempo.

No hay peor ciego que el que no quiere ver, frase conocida por todos. Muchos se empeñan en cuestionar la labor del técnico, pero los datos y las estadísticas son tan claras como el agua que sale por el grifo. Sigo sin entender la negación de la realidad y, sobre todo, querer permanentemente negar méritos a un equipo que está más o menos acertado, pero que tiene un compromiso bastante más regular que el resto de clubes de LaLiga. También es cierto que este debe ser su fuerte.

Quedan nueve jornadas y todavía hay mucho por decir en el campo. Tengo cero dudas de cuál va a ser el comportamiento de los profesionales que trabajan en Lezama a diario. De todos, desde el utillero hasta el cuerpo técnico, pasando por los servicios médicos y, por supuesto, la plantilla. Todo lo demás es vivir en un mundo paralelo, que yo lo entiendo si en tu vida eres igual, pero si es premeditado y con otro fin, ahí es donde me parece poco inteligente y bastante feo. Sencillamente, porque el Athletic.