I Gangnam style, ni el Aserejé ni otras zarandajas semejantes. Donde esté La yenka, que se quite cualquier baile que se precie; bueno, quizá salvo el twist, que tampoco estaba nada mal, que obligaba a mover algo más el esqueleto y gastar un extra de energía. La yenka, ¿se acuerdan? El verano de aquel 1965 fue el elegido por el rey sol en la música (fueron dos meses fecundos en los que Tom Jones entonaba, con alaridos hipohuracanados, su It's not unusual; los Rolling Stones lanzaban Satisfaction, los Beatles contraatacaban con Help!, los Beach Boys se sacaban de la manga un himno veraniego por antonomasia, California girls, y Concha Velasco era una Chica yeyé...) y, sin embargo, todo se movía al ritmo de La yenka: "Izquierda, izquierda; derecha, derecha; adelante, detrás: un, dos, tres". ¿La conocen, verdad?

Ese es el ritmo impuesto en los últimos tiempos, un sube y baja que impide trazar una ruta de salida eficaz hacia lo más deseado hoy en día: el regreso a lo que fuimos. El Consejo Asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI) decidirá hoy cerrar los municipios y los territorios cuando la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes en catorce días supere los 400 casos y restringirá los horarios de atención al público de la hostelería en las localidades en la misma situación, ajustando la apertura a la hora de los desayunos y los almuerzos. Son algunas de las decisiones que flotan en el aire. En la propuesta se recuerda además que el decreto vasco también incluirá la medida adoptada por el Consejo Interterritorial de Salud, por la que se determina que entre el 26 de marzo y el 9 de abril la permanencia de grupos de personas en espacios privados se limitará a los convivientes. Adelante, detrás, adelante, detrás. Un, dos, tres ¿semanas? Visto lo visto queda un mundo para que movamos el esqueleto a ritmo de rock & roll.