PROVECHARÉ la ocasión, ahora que ya se han inyectado los cuatro primeros valientes. Arrimaré el ascua a mi sardina, ahora que sale a la luz un ensayo clínico en torno a la enésima vacuna, la alemana CureVac, para hablarles del voluntariado. Son hombres y mujeres que zarandean a la realidad para amoldarla a las necesidades de la humanidad. Se trata de hombres y mujeres que predican la idea de que el mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión. Creo que fue su padre creativo, Stan Lee, quien puso en boca de Spiderman una idea fabulosa: esa persona que ayuda a los demás simplemente porque debe hacerse, y porque es lo correcto, es, sin duda, un verdadero superhéroe. La idea es hermosa. Viene a decir algo así como que no fracasa en este mundo quien le haga a otro más llevadera su carga. Hoy aprovecharé que se han enfocado los cañones de luces de neón sobre estas cuatro personas para agradecerles el gesto. A ellos y ellas y a todos los miles que hacen de la voluntad propia una voluntad en común no hay sino que aplaudirles y agradecérselo por encima de todas las cosas.