EL protocolo fantasma –¿dónde está?, ¿quién lo ha visto?– para mujeres embarazadas de Castilla y León ha quedado abortado. Unos y otros dan por zanjado el asunto. Lo dudo. La ultraderecha nunca se rinde. Ahí tenemos al obispo Munilla –exprelado de Donostia–, difundiendo un mensaje en el que compara la intención de escuchar los latidos de un feto con las “espeluznantes” imágenes de tumores que contienen las cajetillas de tabaco. Puestos a malcomparar, igual alguien propondría imágenes “espeluznantes” de niños violados antes de formarse una opinión sobre la pederastia en la Iglesia.