Museo de la tortura
En un idílico pueblo de la Toscana descubrí su Museo de la tortura. Extraña exposición en un entorno romántico. Allí mostraban técnicas y utensilios que los verdugos usaron durante siglos para destruir a los rebeldes y matar con delectación a los impíos. Si el suplicio fuera un asunto traspapelado de la historia ETB no le habría dedicado en 360º una hora de testimonios desgarradores de quienes lo sufrieron, ni casi 300.000 vascos se hubieran interesado por el programa de Eider Hurtado, uno de los mejores reportajes de este año. Tan cierto como que aquí unos pocos justificaron el terrorismo es que allí otros muchos fueron indiferentes a que a los detenidos se les machacara convenientemente. Este es nuestro museo de los horrores.
Por alguna razón ETB decidió desdoblar 360º en dos versiones, una para el viernes, que han apellidado Tú decides, con Arantza Ruiz y la participación de 50 ciudadanos; y otra para el domingo, bajo la fórmula de periodismo de investigación, un género esporádico en Euskadi más por pusilanimidad que por falta de secretos. ¿A qué esperan para hurgar en los archivos de las diócesis vascas y redimir del silencio a las innumerables víctimas de la pederastia?
La última imagen del documental sobre las torturas fue también la primera del dedicado ayer a “impunes y condecorados”: La reportera captó al exgeneral Galindo saliendo de su domicilio como un respetable pensionista; pero este anciano libre fue el causante del secuestro y martirio de los jóvenes Lasa y Zabala. Es el símbolo ignominioso de un país que exime a sus criminales. ¡Ay, España, también esto es el relato!