EN un partido mejorable del Athletic y en el que nuestros vecinos fueron superiores, Fernández Borbalán cometió un error en el minuto 51 que pudo decantar el derbi. El colegiado andaluz, dentro de que tuvo una actuación correcta, tengo que decir que pasó por alto un penalti sobre Raúl García cometido por Iñigo Martínez. El central ondarrutarra de la Real agarra al rojiblanco de la camiseta a la salida de un córner. Es penalti, según mi opinión. Pero como es costumbre en algunos árbitros, Fernández Borbalán no consideró suficiente la acción del txuri-urdin como para señalar la pena máxima. Al margen de esta jugada que pudo cambiar completamente el partido, en el minuto 10 Aduriz pide mano de Llorente dentro del área. Es verdad que el balón da en el brazo derecho del jugador de la Real, pero no hay nada punible ya que el central no hace nada por interceptar el esférico. En la segunda parte, el pichichi del Athletic también reclamó penalti tras ser derribado por Iñigo Martínez. Es verdad que existe falta, pero antes hay fuera de juego de Aduriz, por poco, pero el donostiarra está en posición adelantada. En el minuto 72, comete un error de bulto, ya que cuando un jugador viene en fuera de juego pero no interviene en la jugada, no hay que pitar nada. Pero Fernández Borbalán sí lo hizo. Un arbitraje propio e idóneo para esta clase de partidos en su última temporada como colegiado internacional y de Primera División.
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