Contra el euskara
eL verano en general es tiempo de descanso. El día a día se nos llena de reuniones familiares, encuentros distendidos con las amistades y playa. Nada escapa a ese relajo en la canícula, tampoco el mundo de la política. Quizás por ello, ocupan espacio en los medios declaraciones tan chocantes como las de Idoia Mendia en contra del gasto público para la potenciación de nuestra lengua. Al parecer, no tuvo suficiente con decir lo mismo a finales del mes de junio.
Su propuesta de relegar el euskara al ámbito privado resulta ofensiva. Además, suena a cachondeo lo de no gastar en su fortalecimiento y promoción para -según sus palabras- “combatir la desigualdad agrandada en los seis años de crisis”. Tal vez se trate de su interpretación libre del Euskara, jalgi hadi mundura de Bernat Etxepare cambiándolo por Euskara, jalgi hadi etxera.
Cualquier lectura que se haga de sus declaraciones es mala. La primera que se me ocurre es que se lo cree. Mal asunto que la que parece segura secretaria del PSE piense que nuestra lengua no merece el apoyo público y cuestione la legalidad y los derechos lingüísticos. Si, por el contrario no comulga con sus palabras, podría encubrir la intención de captar votos de la militancia de su partido para llegar a la Secretaría. Malo utilizar la lengua y azuzar el enfrentamiento entre comunidades lingüísticas con intención partidista.
Vamos a suponerle preocupación honesta por rebajar el gasto público. Podría dedicarla, por ejemplo, a pedir que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se vayan más allá del Ebro ya que, en el uso de nuestras competencias, hacemos ese gasto con la Ertzaintza y la Policía Foral. O también podría exigir que en el cupo no paguemos la parte correspondiente a la Corona -los socialistas son republicanos, ¿no?-. Es larga, pues, la lista de asuntos a los que aplicar las ansias ahorradoras. Sin embargo, hay un gasto que no puedo pasar por alto, tiene que ver con el euskara y del que jamás hemos oído quejarse a dicha señora. Me refiero, ya lo han adivinado, al dinero que los y las ciudadanas de esta parte del país pagamos para que el señor López aprendiera euskara.
Según los datos dados por su gabinete de prensa, el gasto para que el entonces lehendakari aprendiera euskara solo en 2012 ascendía a 48.231 euros -8.000 más que el año anterior-. Multiplicado por los tres años que duró aquel gobierno del PSE y PP el desembolso público fue muy alto para no aprender.