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GH, parque temático

Claro que a los adictos (más de 3,5 millones el primer día) lo que más les excita son los gladiadores, el cuerpo a cuerpo, los doce discípulos de la impudicia desnudando sus íntimas miserias. Y en esto el programa se ha superado al incorporar a un sacerdote, obeso y motero, que aportará su cuota de morbo en un tinglado donde el sexo y sus conflictos lo son todo. ¿Caerá en la tentación el cura? ¿Redimirá a los pecadores? ¿Suspendido a divinis, celebrará misa o akelarre? Que los clérigos se hayan vuelto frikis es culpa original de Rouco, el obispo de Córdoba y Munilla, que compiten en comicidad verbal con José Mota.

También Cruz Roja ha entrado en este disneyworld para beneficiarse de cuanto los pujadores aporten por ser el número trece en este circo, viejo recurso hipócrita, porque con el maquillaje de la caridad ya se untaban las marquesas para excusar su mala conciencia ante Dios (el ojo de la aguja y el camello) y el pueblo. Pasen y vean el mayor espectáculo de España, donde la repugnancia es un placer público.