Juez y parte
Moderar: "Templar, ajustar, arreglar una cosa, evitando el exceso". No parece que, según esta fiel definición, los nuevos moderadores de debates en televisión hayan comprendido la naturaleza de su cometido, porque se han transfigurado en agitadores del rencor y el dogmatismo tomando partido abiertamente por criterios conservadores y descalificando los contrarios. Esta corrupción del diálogo se ha generalizado en las cadenas ideologizadas y extremistas, como Intereconomía, Veo, 13TV, La 10 y Telemadrid. Sus antecedentes son las tertulias bélicas de la radio y ese híbrido periodístico que fusiona la noticia con la opinión (información valorativa llaman a esta burda aleación) y cuyo profeta es Pedrojota, discípulo de Anson y heredero de la prensa propagandística del franquismo. Todo debate que no convoque a la opinión al completo es un fraude; pero la estafa es aún mayor si el juez de la polémica no es imparcial.
Difícilmente Miguel Ángel Rodríguez, un francotirador del PP, está capacitado para dirigir un debate ecuánime, al igual que los trogloditas de Intereconomía están exentos, por minusvalía moral, de la virtud de la moderación; pero quien mejor representa la nueva figura del moderador fanático es Carlos Cuesta, a cuyo cargo están las tertulias de la casi difunta emisora de El Mundo. Es un espectáculo verle malversando todo argumento con su retórica crispada y pandillera. El pasado miércoles el damnificado fue Gorka Landaburu, quien tuvo la osadía de reprochar a Cuesta su sectarismo. Meses antes Juan Antonio Marina y Espido Freire -delicatessen para el formato- salieron espantados de la experiencia de estos debates vaticanos en los que la verdad tiene dueño y la discrepancia es herejía.
El efecto contagio ha llegado a TVE, donde Ana Pastor le ha cogido el gusto a la notoriedad patológica, lo mismo que en ETB los conductores de Plató 2.0 y Ni más ni menos se comportan como árbitros comprados al constituir mesas cojas con más patas a un lado que a otro. ¿Ser juez y parte? Así va la Justicia, también la de la tele.