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Repetimos

Por alguna misteriosa razón, a los niños les chifla ver una y otra vez la misma película o escuchar el mismo cuento. De pequeña una de mis hijas veía constantemente El Mago de Oz, tanto que llegó a memorizar las dulces canciones de Judy Garland y que después, en un inglés fónico, coreaba en el colegio ante el asombro de sus profesoras. Daría por buena la teoría de que la compulsión repetitiva forma parte de un instintivo proceso de aprendizaje si no fuese porque muchos adultos son también adictos a la reiteración peliculera, un apego que la televisión sabe explotar con inteligencia. Los programadores conocen la existencia de este síndrome del regreso continuo, lo que les permite un ahorro considerable y recurrir al archivo para no pagar el sobreprecio de los estrenos.

El calendario ayuda mucho en la tarea de las reposiciones. Y al igual que la primavera vuelve con sus flores y naturales idilios, la televisión en Semana Santa se pone a tono con historias de romanos, cristianos devorados por leones, gladiadores y Nerón con su piromanía. ¿Qué es un Jueves Santo sin el rally de cuádrigas de Ben Hur? No obstante, el afán repetitivo es ajeno a la presión de la temporada, lo que se demuestra en el éxito de ciertos retornos, como Pretty Woman, filme con más de veinte años que no baja de seis millones de espectadores cada vez que se repone, ET o Lo que el viento se llevó, aún más rancia y perenne. ¿Acaso los westerns vespertinos de ETB-2 no participan de este festín de la redundancia? Si la reincidencia no fuera popular hace mucho que la publicidad habría caducado. Lo que menos hay en la televisión son novedades: la mayoría son productos viejos.

Una novedad es que la adicción repetitiva haya alcanzado al fútbol y que en menos de veinte días nos cenemos hasta cuatro veces el partido Barça-Real Madrid, contando con el celebrado el sábado, y todos en abierto. Claro que una cosa es repetirse y otra el empacho. Una oportuna sobredosis para que los españoles olviden la realidad del tedio y el paro. Sí, la historia se repite.