Siempre estamos fijándonos en lo que creemos son errores médicos o de algún trabajador de Osakidetza y les criticamos con dureza, ademas de generalizar sin ruborizarnos sembrando dudas sobre su profesionalidad.
Pero cuando los médicos hacen bien su trabajo, salvan vidas y recuperan a enfermos desahuciados, somos incapaces de reconocer y agradecer su dedicación profesional que en la mayoría de las veces va más allá de sus obligaciones profesionales. Son empáticos y generosos con sus pacientes, hay en ellos una calidad humana, te llaman por tu nombre, te dan una palmada en el hombro a modo de caricia, tienen palabras amables, te explican con palabras entendibles tus dudas y te animan a superar la enfermedad.
Yo, Basilia Vázquez Fernández, y mi familia, cuento en primera persona mi experiencia en el hospital de Basurto. He tenido una intervención quirúrgica muy complicada y de alto riesgo. He tenido la suerte de estar en manos del mejor neurocirujano, el doctor Enrique Vázquez. Con sus manos y sus conocimientos, me han salvado la vida y no es la primera vez. No tengo palabras para agradecer su profesionalidad, así como la de todo su equipo: anestesista, cirujanos, enfermeras y trabajadores de quirófano.
No quiero olvidarme de ninguno de los profesionales que durante mi estancia en la UPI y después en la primera planta del pabellón Ampuero que, con sus atenciones, han contribuido a una pronta recuperación.
Agradezco de corazón las atenciones recibidas en el hospital de Basurto.
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