Agonizando
Cuando las mujeres, en actos individuales denuncian la violencia machista, la opinión generalizada tiende a entrar en la disyuntiva valentía / cobardía. Esta intencionada dicotomía culpabiliza tanto a las mujeres que denuncian, cuestionando la veracidad de su testimonio, como a todas aquellas mujeres que por su condición / situación no se ven con fuerzas de señalar a sus agresores. Es una trampa cultural que nos aleja del verdadero problema: la necesidad de erradicar una cultura que normaliza la violencia contra las mujeres.
Romper esta lógica implica interpelar a las instituciones, al Gobierno, a la judicatura y a la sociedad en general sobre las medidas adoptadas. Y si esto no funciona, que parece evidente que no, las mujeres seguirán incrementando el número de víctimas mientras los agresores se pasean impunes por las calles. Y este es el epicentro del problema y el cáncer de una sociedad que está agonizando. Ni más ni menos.