Las personas tontas han existido siempre, siempre han estado ahí, cada pueblo tenía las suyas, lo que pasa es que no tenían redes sociales y medios a su alcance para extender sus tonterías, y encima ahora están envalentonadas porque muchas cadenas de televisión les hacen de altavoz, simplemente porque crean mucho morbo entre su público menos exigente y les suben los índices audiencias, que es lo único que les importa, a estos deshonestos (pseudo)informativos de escasa calidad y catadura moral, pero de gran y hueca parafernalia. Son muy conscientes de lo que sibilinamente están haciendo, entretener y atemorizar a partes iguales, ya que su objetivo es adoctrinar con todas esas noticias falsas y bulos a su audiencia mentalmente más débil y vulnerable, hacia un voto conservador, preferentemente de extrema derecha.
Es por eso, que los tontos y tontas de siempre a las que nadie hacía caso, ahora vienen con extras y con mejoras, y se han convertido en la correas de transmisión de una nefasta ideología.