Sentido del honor
La justicia en una democracia debe estar sujeta a toda clase de críticas y asumirlas para depurarlas y aceptar las de la prensa internacional contra muchas de las sentencias de los jueces estrella españoles. La realidad es que el desarrollo del procés catalán ha estado politizado y la confusa petición de extradición de Puigdemont que ha sido rechazada por diversas instancias europeas y las maniobras de los jueces españoles poniendo trabas al cumplimiento de las sentencias de los tribunales europeos están provocando su defensa numantina, que ha colocado a la justicia al borde del ridículo. Deberían aceptar las críticas como las que hace Miriam Nogueras, Puigdemont y todos los diputados del Congreso que también son poder del Estado y no invocan ninguna excepción por su cargo. Realmente el historial de la Justicia española, tanto en el franquismo como en la Transición, es impropio de un estado de derecho como alardea, pues rechaza sistemáticamente la crítica internacional de la Justicia con la que tienen múltiples tratados de colaboración. En todo caso la actitud de Sánchez ante el bloqueo del CGPJ peca de temerosa.