Suena bien, pero la política va desgastando la intención. El batiburrillo de partidos que quieren sacar adelante este asunto es enorme, pero hay que insistir. Porque es la solución de una Europa normalizada, una Europa madura como una granada, que necesita su tiempo de madurez para que resulte hermosa, sabrosa y dulce, como un verso grana y natural como la vida misma. Mientras Francia no supere su napoleonismo no hay nada que hacer, pero los pueblos de Francia le obligarán a cambiar el chauvinismo reinante. Martillo pilón sin descanso. Automatizado. Sin auriculares y pensado como una mosca cojonera, manduli de primavera, verano, otoño e invierno. Les daremos palillos para el cerumen de las orejas y si no es por razones, por pelmas, como debe ser. El negocio de la guerra es lo que tiene. Francia defiende a Israel y pide sanciones a Hamás, porque Carrefour, entre otras cosas, es el que alimenta al ejército israelí; Italia, el gobierno, también, porque ya sabemos de qué pié fascista cojea; Alemania, porque ya mató suficiente judíos y ahora le da pena. Vivir para ver. Ninguno quiere recordar cómo y por qué empezó esta guerra hace ya muchos años.
