Al que colgaron los partisanos fue a su jefe, Benito Mussolini, fascista redomado, del que ha salido discípulo aventajado, Señor Abascal. Sin comentarios. El resto se comenta solo. Le gusta el relumbrón y salir en la foto con gente de su calaña. A buen entendedor, pocas palabras bastan. No merece la pena perder el tiempo y energía.