La coalición derecha-ultraderecha, como no podía ser de otra manera, ya empieza a comportarse como se esperaba: aires de dictadores y tics franquistas contra los ciudadanos. Ahí tenemos a Maruja, la mujer que quisieron desalojar del pleno en Molina de Segura, Murcia, porque protestó pacíficamente contra la desaparición de la concejalía de Igualdad, en una semana en la que vamos a asesinada prácticamente por día. Ya no es cosa ni de igualdad: es cosa de sociedad.