Proteger a las mujeres
Me había prometido a mí misma no escribir u opinar sobre la ya creo que más que conocida Ley de libertad sexual. Y digo que me lo había prometido, hasta que el hartazgo me ha podido, por los unos y las otras. He escuchado decir hasta la saciedad que se protegería siempre a las mujeres en todos los aspectos a la hora de redactar, tramitar y legislar la susodicha ley (aprobada en un Consejo de ministros, un órgano colegiado) y luego refrendada en el Parlamento con los votos en contra no ya de la extrema derecha, algo ya sabido, sino igualmente, por los que dicen respetarnos y protegernos y urgen a reformarla o lo que sea. Pobres de nosotras. ¿Que algo se hizo mal o no lo suficientemente contundente? Pues no lo sé, pero escuché hace poco la opinión de una catedrática de derecho penal decir que en España se tardan meses o años en aplicar una nueva ley por mucho que esta esté en publicada en el BOE. Lo mejor sería aunar esfuerzos, para que sea efectiva y que el espíritu de la ley cumpla los objetivos para lo que fue articulada y redactada. Se espera que los gobiernos hagan leyes justas y luego se legisle con equidad, que jueces y magistrados apliquen esas leyes, sobre todo en esas tan sensibles como la que nos ocupa u otras con marcado índole social, mirando ante todo por una verdadera justicia justa. Proteger a las mujeres, eso es lo que quieren. Lo queremos. Pues ya. ¡Es hora ya!