Sanchez está adquiriendo popularidad en la UE y está eclipsando a los líderes que tradicionalmente marcan las líneas maestras en la UE. En sus frecuentes apariciones en las instituciones de Bruselas y en las diferentes capitales de la UE aparece como el icono de moda. Se muestra satisfecho, viéndose agasajado, en contraste con Rajoy marginado en los rincones de la UE... Sanchez ocupará el trono de presidente rotativo de la Unión en el segundo semestre, con riesgo de morir de éxito como Narciso. Acaba de firmar el Tratado de Amistad y Cooperación con la Francia de Macron pues “le mon ami Emmanuel” busca alianzas con España y Portugal, ya que su tradicional amistad con Italia, con Giorgia Melone se ha convertido en caramelo envenenado. Sanchez alardea en Europa de eficacia, pues mantiene la inflación más baja de Europa con mezcla de soberbia y populismo, producto de su superficialidad. Porque habría que explicarle que su euforia es solo humo, pues la relativamente baja inflación española se debe a que los demás miembros han autorizado el mecanismo de excepción ibérica a España y Portugal a fin de rebajar el precio de la electricidad a 40 euros el precio tope del gas que la genera. Debería mostrarse discreto, pues son los demás socios los que cargan con el coste de su privilegiada tasa de inflación, limosna que es el privilegio que finaliza el 15 de diciembre. Además, la inflación subyacente en España al 31 de diciembre era el 7%, frente al 5,2% de Europa. Calviño asegura que “España jugará un papel crítico en la presidencia de la UE”. Un poco de realismo, pues el Lazarillo de Tormes es solo la expresión imaginativa del bribón simpático, aunque popularizó el sablazo como modo de vivir.