A medida que los precios de los productos continúan subiendo, algunos artículos disminuyen su cantidad, número y contenido -protegidos en bolsas de plástico y paquetes-, mientras el consumidor adquiere un producto de menor contenido pero el precio final es el establecido inicialmente. Los volúmenes, por ejemplo, de las bolsas de patatas, cacahuetes, avellanas o los paquetes de galletas... ven sus portes reducidos. Para las Asociaciones de Consumidores Facua-Euskadi y Kontsumo Bide, “aunque tengan menor cantidad, la calidad sigue siendo la de siempre”. Según las empresas, “todo se debe al aumento de las materias primas”. Lo justo sería hubiera un control estatal sobre la materia.