Soy profesora en el instituto Uribe Kosta de Plentzia. Septiembre de 2020, situación de pandemia. Como miles de estudiantes y profesores hemos comenzado el curso con lo que se ha dado en llamar “la vuelta al cole segura”, vuelta al cole presencial que es de todo menos segura. Cierto que nos han enviado mascarillas y geles hidroalcohólicos, pero lo de la distancia mínima no se cumple en absoluto. Estoy cansada de ver en el Teleberri aulas preciosas, con mucha distancia entre alumnos y con el profesorado, con suelos marcados... Pero, ¿dónde están esas aulas? Desde luego, en mi centro no. Hemos solicitado clases semipresenciales con alternancia entre alumnos para que todos tengan la opción de estar en clase. Todavía no hay respuesta. Esto no es café para todos, cada centro tiene sus características y necesidades… Esta, señores de la Administración, no es una huelga política, es una huelga sanitaria en defensa de unas condiciones de trabajo dignas y mínimamente, y he dicho, mínimamente, seguras. Una huelga en defensa de nuestra salud y la de nuestros alumnos y familias y, por ende, de la calidad educativa de nuestros centros. La ratio real es el número de alumnos que tenemos en cada clase y eso quiere decir 25 alumnos en Secundaria y 30, a veces más, en Bachillerato. Por todo esto, ¿somos irresponsables y vagos? Quizás por ello, estáis pensando en congelarnos el sueldo. Desde estas líneas, les invito, señor consejero y señor lehendakari, a darse una vuelta por el instituto de Plentzia y comprobar in situ que es una huelga plenamente justificada, motivada por la preocupación y el miedo, y que necesitamos soluciones ya.NOTA DE REDACCIÓN. Las cartas no deben superar los 500 caracteres y deben estar identificadas con nombre y apellidos de su autor, así como la dirección, teléfono y el DNI. DEIA se reserva el derecho a la edición de las mismas.