Bienvenido, señor Corona. Ya sé que para la gente tienes mala pinta y eres maligno. Sobre todo para los que piensan que la vida es sobre todo ganar dinero y posición, para después tener muchas cosas y aparentar. La otra parte está más afectada y con razón, porque debe cuidar a los hijos y a los padres, que se han hecho mayores y más débiles. Nos enseñas a apreciar la vida. Algunos mueren; y también jóvenes, me dirás. Sí, pero es la vida. A los mayores con patologías les adelanta el viaje y a los jóvenes que tienen los pulmones negros como una chapela negra de tanto fumar, también. Has cambiado la vida a todos. Ya no es la rutina de siempre. Eres el latigazo que hacía falta para que la gente reflexione y se dé cuenta de que estamos alimentando otro virus mucho más gordo y ese si que nos va a matar a todos: jóvenes, viejos, niños, padres y madres y abuelos: El cambio climático. La única pega es que estás en boca de todos a todas horas: televisión, radio, periódicos y en la calle. ¡¡Qué cansos son!, que decimos en la Ribera. Bienvenido, mister virus. No nos mates demasiado y vete pronto, pero gracias por hacernos pensar. No es la peste. Es un cachete o chapada en el cogote.