Nuestros caminos se juntaron cuando tuvimos que tomar la difícil decisión de ingresar en un centro residencial a Berta, ya que su situación empeoró y no podíamos atenderla correctamente con los medios de los que disponíamos. En todo lo que hemos vivido desde entonces, tenemos la suerte de que hemos conocido gente estupenda, a la par de magníficos profesionales, que le han dedicado, tanto a ella como a nosotros, su tiempo, su sonrisa y su infinita paciencia. Estamos encantados de haberos conocido en este camino y os queremos agradecer de todo corazón la labor y la dedicación que habéis tenido todos. Muchas gracias.