Érase una vez un día de urnas, y por extraño que parezca jueves. Fueron días de enfrentamientos entre las fuerzas de orden público y manifestantes, liberan al diputado de UCD Javier Rupérez, dos militares pierden la vida tiroteados a las puertas del gobierno militar de Bilbao o Carlos Garaikoetxea recibe del lehendakari Leizaola los poderes presidenciales, asumiendo legitimidad histórica. Y en ese día de urnas prácticamente todos nos pusimos de acuerdo y con 47 artículos, junto con el reconocimiento de nuestra foralidad histórica, establecimos nuestro propio sistema de gobierno. Cuatro décadas más tarde, nos encontramos en la fase de si es posible actualizarlo, dados los momentos que en función de intereses sufre por recentralización. Si son días de exhumaciones de 40 años : dictador, “ja soc aquí” de Tarradellas?. No hagamos nostalgia ni reivindicación del Estatuto y reinventémoslo.