Manuel García Castellón no es filósofo ni científico, sino magistrado de la Audiencia Nacional que instruye el caso Púnica y ha imputado a las expresidentas Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. Ambas tendrán que declarar por la presunta financiación ilegal del PP de Madrid. No serán las únicas, ya que en 2003, 2007 y 2011 aparecen, presuntamente, varios charcos e innumerables ranas relacionadas con dicha formación política. Que el ilustrísimo señor magistrado no sea filósofo es irrelevante, en el sentido de conocer o no la lógica aristotélica y sus razonamientos deductivos -también llamados silogismos-. Así pues, entre premisas y conclusiones anda la cosa. Por ejemplo: “En el agua hay tiburones, en los charcos hay agua, por lo tanto en los charcos hay tiburones?”. Este caso podría erróneo, ya que la premisa mayor, tiburones, al ser predicado está tomada en su extensión particular. Y es que Aristóteles era un cachondo además de liante, parrandero y jugador: un crack. Don Manuel García Castellón, sin embargo, es mucho más serio y lógico: solo ve charcos y ranas con nombres y apellidos. Que también haya tiburones dependerá de la extensión de la laguna. Desde luego y a raíz de conocerse la identidad de algunos presuntos implicados (perdón por la analogía musical), lo de ranas queda un poco roñoso. Su señoría resolverá?