En todo momento y lugar, y durante muchos, muchos años, he estado oyendo alto y claro a esa izquierda que se dice revolucionaria, que hacer política en Madrid era traicionar a la causa nacional vasca, y ahora después de cuarenta años han acudido a Madrid (según dicen), en defensa de lo vasco. No se que historias les estarán contando a los suyos para justificar semejante retraso, ni quienes serán los que se crean las mismas. Donde estaban cuando se les pidió que acudieran en defensa del desarrollo del Estatuto de Gernika, el Plan Ibarretxe, etcétera, etcétera. Me alegro de que se les haya caído la venda, aunque algunos de sus dirigentes sigan anclados en el pasado y con uno de los ojos tapado.