Con esta precisión responden en el juicio al procés los responsables del control de las masas durante el 1-O. Son los gallos que ordenaron la actuación de la tropa. Algunas respuestas fueron para enmarcar, pues el ministro del Interior, ante el tribunal ignoraba todo. Solo que los dispositivos policiales los diseñaron y ejecutaron otros a los que no conocía. Incluso afirmó que no tenía la responsabilidad de mantener la chusma a raya. Fue de antología la intervención del viceministro José Antonio Nieto, pues afirmó con rotundidad que no se produjeron cargas, mientras en televisión se proyectaban imágenes de acciones descontroladas de policías y guardias civiles contra masas de ciudadanos que fueron arrastrados de los pelos por querer votar. La verborrea de Enric Millo, delegado del Gobierno en Catalunya, no cesaba, aunque más parecía el show de un cómico, pues explicó la divertida trampa del Fairy, obligándole a suspender el operativo policial. La actuación del coronel Diego Pérez de los Cobos, designado responsable del operativo del 1-O, anteriormente juzgado y absuelto por torturas a un detenido, se ajustó malamente al guion de sus defensores. Fue el único que no vio las cargas policiales, pero se armó un lío mental al acusar a los grupos de ancianos y niños de “estar organizados en grupos para formar muros humanos”. Parece evidente que siguió la consigna de negar todo como los niños para librarse del castigo paterno, ante las acusaciones contundentes de los abogados defensores. Su reiterada respuesta: “No sé nada. No me consta”. Y siempre con el apoyo sutil del juez Marchena. A ver si siguen ignorando la respuesta al recurso de los acusados al TEDH. No obstante, divierte la versión edulcorada cotidiana de TVE de los objetivos comentaristas que hace sentir vergüenza a la audiencia. Sin desperdicio.