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Al Ayuntamiento

El pasado día 11 fui testigo en la explanada de la basílica de Begoña de un hecho incongruente, relacionado con las personas que por su estado de inmovilidad acudían con su silla de ruedas, en coche, transportados por un familiar. No existía en los alrededores un solo sitio destinado a bajar del coche al inválido y su carrito. Un agente que ordenaba el tráfico nos aconsejó que aparcáramos esos instantes necesarios para bajar a nuestro familiar a la calzada, en la parada de autobuses. Hubo suerte, ya que durante la maniobra no se presentó autobús alguno. Observé que en la zona había lugares para las casetas de venta de churros, rosquillas, etc. Y hasta dos plazas acotadas para la recarga de coches eléctricos. Y, aquí pregunto a nuestras autoridades: ¿Por qué no se destina un espacio para que los imposibilitados puedan ser bajados con sus sillas del vehículo en que llegan a la calzada, sin más inconvenientes que los originados por su propia inmovilidad?