No voy a centrarme en la chapuza jurídico-legal en la cual se ha sumado desde el principio la Generalitat, aún estando basada en una más que legitimada acción política colectiva. Centrémonos en el ahora y sobre todo en un futuro a largo plazo recalculado hacia un medio plazo más cercano. ¿De qué hablo? De la apertura de una ventana política que permita acomodar aspiraciones soberanistas en un marco legal europeo en un mucho más breve lapso de tiempo del originalmente previsto. Los errores gubernamentales del PP no solo van a movilizar a la sociedad civil catalana y sus gobernantes e instituciones, sino que ese efecto mariposa llegará a innumerables nacionalidades intraeuropeas entre las que nos encontramos los idealistas demócratas vascos. La mayor duda al respecto será comprobar si los actores políticos estarán atentos y capacitados para este nuevo cambio de paradigma sociopolítico. La sociedad, como siempre, nos llevará la delantera.
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