Insatisfechos por la falta de votos como antaño que les permita el “todos quietos” que aquí mando yo y reforzados por las tesis de los acomodados varones del PSOE, y el unívoco patriotismo de ambos por encima de todo, el PP en la más burda y baja de las coacciones emocionales, ha insinuado poner las presuntas reelecciones el día de la Natividad. Falta que las papeletas vengan con la mula el buey y anuncios de turrones. Contento estaría Francisco.

No obstante y por si las autonómicas de Euskalherria confirman la más que probable debacle del PP, se han apresurado a contrabalancear con la convocatoria de las gallegas donde los resultados les serán sin duda mas favorables.

Lo cierto es que aquí y allí la cuidadanía vota lo que quiere y no apoya lo que no le interesa y para que la embarcación navege hace falta que sus elementos estén convencidos de que la unión hace la fuerza, porque por mucha figura que se tenga si el resto no colabora lo coherente es cambiar de patrón que ponga orden. Democrático , claro está.